Lo primero que le llamó la atención a mi alumna japonesa es entender el concepto de “zumo” de aceituna. A partir de ahí empezó a descubrir la maravilla de producto que supone un alimento tan completo, exquisito, versátil y saludable.
Hablar de gastronomía japonesa es como hablar de gastronomía española, universos tan grandes y complejos que reducirlo a una generalidad sería un error.
Pero quizás podamos darle una vuelta al concepto de que el AOVE con un perfil más amargo y picante no gusta al público nipón es como decir que el color rojo siempre es “sangre”.
Y me voy a varios clásicos de mucho éxito tanto aquí como en Japón: sushi, nigiri, sashimi y maki. Diferentes combinaciones de pescado crudo, con añadidos como el arroz, verduras y algas (cada uno según la elaboración tradicional japonesa).
A lo que voy es a los aderezos que se suelen poner en España acompañando estos platos. Sé que en Japón también, pero al no haber estado en tan magnífico país, tiro de bibliografía.
Si analizamos dos de estos acompañamientos veremos que poner otro pequeño recipiente con un virgen extra frutado verde de alta intensidad en picantes y amargos, se convertirá en un “must have” (vamos, lo que toda la vida ha sido…un “no te puede faltar”).
El wasabi, como bien sabéis, se extrae del tallo de la planta del mismo nombre, un rábano que pertenece a la familia de las brasicáceas (sinónimo de crucíferas), a la que también pertenecen el nabo, la mostaza y el repollo. Tiene un sabor complejo, picante seguido de un sabor dulce y se utiliza principalmente para mojar el sushi. En general, es usado para decorar los platos de pescado o carne.
Pues imagina ahora, mezclar mitad y mitad de wasabi y virgen extra amargo y picante…..fiesta flamenca en tu boca y salud brutal para tu cuerpo serrano.
Jengibre encurtido, llamado gari en japonés. Si tomamos en cuenta la explosión de sabores y sensaciones que proporciona este encurtido (y de encurtidos en España sabemos bastante) entendemos que su función de limpieza de paladar quizás no maride bien con el AOVE…pero…¿y si le añadimos simplemente un ligero matiz por encima? Pues que la explosión de sabores y texturas es una fantasía.
Esto es una mínima parte de todos los maridajes que se pueden llevar a cabo con nuestros maravillosos aceites de oliva vírgenes extra, porque hay vida detrás de la tostada y de la ensaladita….imaginación corazones (con permiso de Anne).
