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El laboreo convencional limita el secuestro de carbono de los suelos de los olivares

El laboreo convencional limita el secuestro de carbono de los suelos de los olivares

viernes 04 de noviembre de 2022, 11:57h

El excesivo arado de la tierra disminuye la capacidad de los suelos para fijar carbono y contradice los objetivos marcados en la Cumbre de París de 2015, según un estudio realizado por el grupo de investigación SUMAS de la Universidad de Córdoba (UCO) y publicado en la revista Environmental Research, que ha analizado durante 15 años los suelos de olivares mediterráneos manejados con laboreo convencional.

Según datos de 2013, las emisiones anuales de carbono emitidas a la atmósfera y que tienen su origen en la actividad humana representaban el 0,4% del carbono almacenado en el suelo. Por ello, en la Conferencia de París sobre el Clima de 2015, Francia impulsó la iniciativa 4 por mil a la que se sumó España y que tiene como meta aumentar la capacidad de secuestro del carbono de los suelos agrícolas un 0,4%. Así, un estudio realizado por el grupo de investigación SUMAS de la Universidad de Córdoba ha comprobado que esa cifra no solo no se alcanzaba, sino que incluso disminuía, situándose la pérdida de secuestro del carbono entre el 0,8% (en los primeros 40 cm del suelo) y el 2,1% (si se consideraba el perfil completo del suelo).

La causa de no alcanzar el objetivo 4 por mil estaba en “el laboreo convencional tan excesivo al que estaban sometidos los suelos de los olivares”, ha subrayado Jesús Aguilera Huertas, investigador del grupo SUMAS. El laboreo convencional es una técnica muy extendida de manejo de suelos agrícolas que consiste en arar la tierra. Sin embargo, según la UCO, esta técnica lo que hace es romper la estructura del suelo convirtiendo las partículas de mayor tamaño, las llamadas macroagregados, en partículas más pequeñas, esto es, microagregados. Este cambio es importante, porque son en las primeras donde se produce un mayor almacenamiento de carbono. Los micros también pueden almacenar el carbono, pero en menor intensidad. Al romper las partículas más grandes, el estudio descubrió una pérdida del carbono del 42,3%.

No obstante, tanto el contenido en carbono como la capacidad de secuestro del mismo en la fracción fina del suelo, donde el almacenamiento es más estable y duradero, sí aumentó. Lo que quiere decir que los suelos tenían intacta su capacidad de secuestro y que podrían ser buenos sumideros cambiando el manejo al que estaban sometidos. “El fallo aquí estaría en el manejo que se ha empleado. Si se cambiase el laboreo convencional por unas buenas prácticas de gestión, como podría ser un laboreo mínimo o nula labranza, eliminar el uso de insumos, mantener los residuos de los cultivos, rotaciones y diversificaciones de cultivos o cultivos intercalados, se podría aumentar el secuestro del carbono ya que la capacidad de secuestro en estos suelos permanece inalterable”, ha indicado el investigador.

A su juicio, implementar, por tanto, un manejo adecuado de la tierra sería fundamental para alcanzar el objetivo 4 por mil, y también para combatir el cambio climático ya que los suelos son, junto a los océanos, uno de los principales almacenes de carbono. Además, al cambiar el tipo de práctica de gestión mejoraría la calidad de la tierra y se reducirían las tasas de erosión, llegando a aumentar la fertilidad y biodiversidad del suelo.