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Los desafíos del sector del olivar ante la nueva PAC

Los desafíos del sector del olivar ante la nueva PAC

miércoles 21 de diciembre de 2022, 13:28h

Para analizar todos los desafíos a los que se enfrentarán los olivareros en la nueva Política Agraria Común (PAC), la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Sevilla celebró el pasado 19 de diciembre en Estepa una jornada específica donde se hizo especial hincapié "en la puesta en marcha de los eco-regímenes, una de las principales novedades que tendrá una importante repercusión en el cultivo del olivar, que supera en Andalucía los 1,6 millones de hectáreas, de las que 700.000 ha. pueden llegar a perder más del 25% de sus actuales ayudas".

El encuentro, que tuvo lugar en el salón de actos de Oleoestepa y contó con la asistencia de más de 200 agricultores, fue inaugurado por el viceconsejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Vicente Pérez; el director gerente de Oleoestepa, Álvaro Olavarría; y el secretario general de Asaja-Sevilla, Eduardo Martín.

Martín calificó como “muy lesiva” la reforma de la PAC y recordó que de la aplicación de los eco-regímenes en el olivar dependerá poder salvar al menos parte de la pérdida de ayudas que conllevará el paso del actual pago verde a los nuevos eco-regímenes, y eso pasará por aplicar correctamente, entre otros requisitos, las cubiertas vegetales. Sin embargo, según indicó, es necesario que el Ministerio de Agricultura tome conciencia de que además de ser sostenibles desde el punto de vista medioambiental, también se permita que el olivar siga siendo rentable.

En este sentido, el viceconsejero de Agricultura señaló que es necesario que los agricultores sigan reivindicando el papel que desempeñan en la sociedad como garantes de alimentos en cantidad y en calidad, que es el objetivo inicial de la PAC. Pérez realizó un repaso de la reforma de la PAC iniciada en 2018 y lamentó la pérdida de 500 millones de euros que conllevará la nueva PAC, si bien valoró que, fruto del trabajo y de años de negociaciones, "esos 500 millones se perderán a lo largo de los cinco años de ejercicio, y no cada año, como en un principio iba a suponer". Según precisó, de estos 100 millones que perderá anualmente Andalucía, 50 millones corresponden al olivar, por lo que recomendó aplicar bien las nuevas prácticas para perder lo mínimo posible. Por ello, reclamó “flexibilidad para que este primer año de aplicación de la nueva PAC sea de transición, para no perder apoyo y conseguir que esos objetivos de sostenibilidad se cumplan”.

“Con el paso del greening a los eco-regímenes se pierden apoyos al olivar, pero en cambio se exigen una serie de prácticas nuevas”, lamentó Pérez.

Escenario de la campaña 2022/23

A continuación, el director gerente de Oleoestepa, Álvaro Olavarría, ofreció una visión sobre el comercio mundial del aceite de oliva y analizó la situación actual de la campaña y las perspectivas de futuro para este sector. Olavarría comenzó destacando el incremento de superficie que ha tenido el olivar desde hace 20 años. En España hay actualmente 2.772.445 hectáreas de olivar (1.672.996 ha. en Andalucía) frente a las 2.411.149 ha. que había en 2002 (+15%.). España acapara el 24% de la superficie mundial, que es de 11.594.987 hectáreas, y sigue siendo el principal productor de aceite de oliva del mundo, con 1.370.000 toneladas de media en la última década (el 44,51%).

En cambio, según precisó Olavarría, su consumo medio (495.120 toneladas) supone sólo el 16,2% del consumo mundial (3.061.580 t.). Los países productores consumen menos del 65%, mientras que los no productores (especialmente Brasil, Estados Unidos, Japón o Australia) consumen entre todos cerca de un millón y medio de toneladas. El total de exportaciones de España en 2021 fue de 1.068.404 t., el 50,26% del total (2.125.789 t.). A su juicio, sería necesario que el consumo mundial aumentara en un millón de toneladas y que España lograra exportar 1,5 millón de t.

Otro de los retos del sector sería hacer frente a la fuerte competencia de otros aceites vegetales. Del consumo total de aceites y grasas (197,33 millones de t.), 69,57 millones corresponden a aceite de palma y 57 millones a aceite de soja. Sólo 3,07 millones corresponden a aceite de oliva, por lo que "tenemos camino por recorrer”. En su opinión, minimizar la gran volatilidad de los precios del aceite de oliva en origen, reconvertir el olivar en busca de la competitividad, una mayor profesionalización de las empresas comercializadores, la armonización de las normas de calidad internacional (para evitar la competencia desleal) y apostar, promocionar y valorizar el virgen extra (que supone el 75% de las exportaciones), son otras de las medidas que necesita el sector.

Respecto a las estimaciones para la campaña 2022/23, la producción total de España podría quedarse en 800.000 toneladas debido a la sequía, frente a 1.491.560 toneladas de la temporada precedente.

Repercusiones de la PAC

Posteriormente, se analizaron las repercusiones de la reforma de la PAC en las comarcas olivareras y para ello se celebró una mesa de expertos, introducida y moderada por la directora de Asuntos Corporativos de Syngenta, Pilar Giménez, quien destacó el trabajo conjunto de esta empresa con los agricultores para conseguir juntos la sostenibilidad ambiental y económica. Asimismo, Giménez se mostró confiada en que una comarca como la de Estepa, de la que destacó “su afán de superación” y su “talante innovador”, superará las dificultades que va a traer esta nueva PAC.

El primero en intervenir fue el coordinador de la Secretaría General de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Armando Martínez, quien expuso todo lo que el olivarero debe conocer sobre la aplicación de los eco-regímenes en el olivar y el régimen de ayudas. Teniendo en cuenta que la nueva PAC es “muy compleja y aún no está desarrollada toda la normativa”, hizo hincapié en que “recibir un buen asesoramiento será clave”. Martínez explicó el nuevo modelo de ayudas directas de la PAC se repartirá entre los eco-regímenes, que sustituyen al pago verde y supondrán el 27% de las ayudas (1.107 millones de euros); el pago redistributivo, que supondrá un 12% (482 millones de euros); y la ayuda básica a la renta, que sustituirá al pago básico, supondrá un 61% (2.453 millones de euros) y estará repartido sólo entre 20 regiones, frente a las 50 regiones actuales.

Uno de los grandes desafíos que encontrará el olivarero será cumplir con las nuevas obligaciones y los numerosos requisitos que se le exigirán y que Armando Martínez simbolizó como “tres puertas que tendrá que atravesar”. Según expuso, la primera puerta serán los requisitos obligatorios que exige la normativa medioambiental o la seguridad alimentaria (inscripción en el registro de explotaciones, uso de fitosanitarios autorizados, uso del agua o de los fertilizantes, normativa laboral, fiscal…), a los que se sumarán el año que viene otros nuevos como el cuaderno electrónico de explotación, el proyecto de Real Decreto de nutrición sostenible de suelos, el proyecto de Real Decreto para el uso sostenible de fitosanitarios o la nueva Ley de Residuos (prohibición de quemas de residuos agrícolas). La segunda puerta serán los requisitos comunes destinados a conseguir ayudas, que también incorporarán muchas novedades (agricultor activo, condicionalidad reforzada y la condicionalidad social). Por último, destacó los requisitos para conseguir las ayudas específicas.

Cubiertas vegetales

Como ya avanzó en su exposición Armando Martínez, con la nueva PAC entrarán en vigor los eco-regímenes destinados a la implantación de cubiertas vegetales vivas e inertes. Por ello, indicó que aunque actualmente de las 2.772.445 hectáreas de olivar que hay en España, sólo un tercio (un 29%, 790.000 ha.) cuenta con cubiertas vegetales -de las que sólo un 0,3% (9.031 ha.) son sembradas-, se espera en 2023 un salto exponencial en la superficie de olivar y otros cultivos leñosos que hagan un manejo de suelo basado en la implantación de dichas cubiertas, ya que permiten mejorar la calidad del suelo y optimizar los rendimientos de los cultivos, y en el caso de los cultivos leñosos, facilitan el secuestro de carbono y evitan la erosión, un problema "muy grave" en el sur de Europa y especialmente en España, donde se pierden de media anualmente 30 tn./ha. de suelo agrícola.

En el encuentro también se abordó la puesta en marcha del proyecto "Monitorización, optimización y valorización del capital natural en el cultivo del olivar en producción integrada en Andalucía (Biolivar)", que quiere aportar su granito de arena en la consecución de estos objetivos. Dicho proyecto, que presentó durante el encuentro el investigador del Instituto de Agricultura Sostenible (CSIC) José Alfonso Gómez, ha sido impulsado por Asaja-Sevilla y cuenta con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Agricultura Sostenible y la Estación Biológica de Doñana, el Consejo Regulador de la DOP Estepa, Evenor-Tech, la Universidad de Córdoba, la Universidad de Jaén, Syngenta y Asaja-Andalucía.

Biolivar parte de la experiencia que el grupo de trabajo tiene en el manejo de cubiertas en olivar, suelos, hidrología, erosión, efecto sobre la biodiversidad y las herramientas digitales en la agricultura. El proyecto, que concluirá sus trabajos en febrero de 2024, pretende ser de utilidad para los agricultores en la mejora de la gestión de la biodiversidad mediante la integración del manejo sostenible de las cubiertas vegetales, y está trabajando en el desarrollo de una herramienta que ayudará a cuantificar el efecto que las prácticas de manejo escogidas a escala de explotación tienen sobre el control de la erosión, sobre la mejora de las propiedades de suelo y sobre la mejora de la biodiversidad vegetal, de artrópodos y polinizadores y aves.

Sobre las ventajas de las cubiertas vegetales informó también el responsable de Sostenibilidad de Syngenta, Luis Miranda, quien hizo hincapié en los aspectos técnicos de su implantación y manejo, desde la elección de la mezcla específica de especies herbáceas, hasta el momento idóneo para la siembra y los mantenimientos que requiere.

Miranda subrayó, además, los múltiples beneficios agronómicos y ambientales que aportan las cubiertas vegetales como herramienta para mejorar la sostenibilidad y la rentabilidad en cultivos leñosos como el olivar. Los más evidentes, según resaltó, son minimizar la erosión y los problemas asociados a la pérdida de suelo (pérdida de fertilidad, contaminación de las aguas, etc.), y otros muchos como la regulación de la temperatura y la evapotranspiración, el facilitar labores agrícolas y el paso de maquinaria, evitar la compactación (que a su vez mejora la infiltración agua y su disponibilidad para el cultivo), así como la reducción de la presión de malas hierbas. Otros aspectos importantes son, en su opinión, el secuestro de carbono que realizan las cubiertas vegetales y la comercialización de créditos de carbono, que además de los beneficios ambientales, abren una puerta a un potencial mercado de créditos de carbono en un futuro próximo.