En concreto, de forma temporal, desde el 1 de enero y hasta el 30 de junio de 2023, en lo que se refiere al IVA, el Ministerio de Hacienda y Función Pública ha establecido ciertas reducciones de terminados alimentos básicos. Así, se aplicará el tipo del 5% del IVA -en estos momentos está en el 10%- a los aceites de oliva y de semillas, así como a las pastas alimenticias.
A su vez, pasan del 4 al 0% de IVA los siguientes alimentos: el pan común, así como la masa de pan común congelada y el pan común congelado destinados exclusivamente a la elaboración del pan común; las harinas panificables; los siguientes tipos de leche producida por cualquier especie animal: natural, certificada, pasterizada, concentrada, desnatada, esterilizada, UHT, evaporada y en polvo; los quesos; y los huevos; además de las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, que tengan la condición de productos naturales o frescos.
Según el Ejecutivo, “esta reducción del tipo impositivo beneficiará íntegramente al consumidor. Esto quiere decir que el importe de la reducción no puede dedicarse total o parcialmente a incrementar el margen de beneficio empresarial. Los sectores afectados pueden, por responsabilidad social, asumir otros compromisos adicionales que redunden en un descenso de los precios de la cesta de la compra”. Además, precisó que "esta bajada de impuestos se mantendrá hasta el 30 de junio o hasta que la inflación subyacente baje del 5,5%".
Desde la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, su presidente, Pedro Barato, valoró que “cualquier medida que facilite el acceso de los consumidores a una dieta más saludable es bienvenida, si bien es cierto que hubiésemos preferido un IVA cero como otros alimentos básicos”.
Barato explicó que “hay que tener en cuenta que los aceites de oliva están sufriendo una enorme tensión en los mercados mundiales, fundamentalmente por las previsiones de una producción muy ajustada, por el efecto de la sequía en el Mediterráneo. De hecho, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha vuelto a rebajar sus previsiones de cosecha. Ahora, ni siquiera llegaríamos a las 770.000 toneladas este año”. A esto se une, según añadió, los incrementos de costes que está sufriendo el conjunto del sector por las subidas en el precio de la energía, los fertilizantes o los envases.
