En su documento sobre el olivar, este organismo señala que las lluvias del mes de mayo han sido irregulares, pero en muchas de las zonas olivareras han servido para recargar parcialmente el perfil de agua acumulada en el suelo, lo que podría garantizar la disponibilidad de agua hasta el endurecimiento del hueso, y así salvar uno de los momentos críticos en el ciclo del olivo.
Según detalla el IFAPA, la disponibilidad de agua de riego en el olivar durante la campaña 2022/23 está muy limitada por la baja cantidad de agua almacenada en los embalses de las diferentes cuencas. En ensayos larga duración de riego deficitario con cantidades muy escasas de agua desarrollados por su equipo, se ha demostrado que la eficiencia en el uso del agua es mayor cuando se aplica localizada en los momentos críticos. Por tanto, considera que si existe posibilidad de almacenar el agua, sería una buena estrategia reservarla para el otoño, y así poder intentar cubrir las necesidades del cultivo en ese periodo, que es un momento crítico donde se produce la formación de aceite y existe una gran incertidumbre sobre las precipitaciones que puedan ocurrir y el momento en que estas se produzcan. “Lo ideal siempre es que ocurran unas precipitaciones abundantes al inicio del otoño, fundamentales para el olivar de secano, y que permiten reducir las aportaciones de agua en el olivar de riego. Esta recomendación es exclusiva para el olivar cuyo destino sea la producción de aceite”, añade.
También señala que el aporte de agua en verano cuando la disponibilidad es muy escasa sólo tiene interés para el olivar destinado a la producción de aceituna de mesa o cuando se comprometa la vida de los olivos si el estrés hídrico es muy severo. Según destaca, el olivo es un árbol adaptado a las condiciones de clima mediterráneo, por lo que dispone de mecanismos para evitar su completa desecación, salvo que la situación sea extrema. En el caso de que, por circunstancias especiales no se pueda reservar el agua para aplicarla en otoño, y exista disponibilidad de riego durante el verano, cree que la recomendación será de regar con el agua disponible en ese momento, aunque su eficiencia sea inferior al aporte en otoño.