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Informe de la FAO: producción mundial de aceite de oliva estable, mientras que el consumo y el comercio continuarán expandiéndose

Informe de la FAO: producción mundial de aceite de oliva estable, mientras que el consumo y el comercio continuarán expandiéndose

lunes 17 de noviembre de 2025, 12:31h
Un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que ha incluido un análisis específico sobre el aceite de oliva, apunta que, a medida que avanza la cosecha de 2025/26, "las previsiones preliminares indican una producción mundial estable de 3,4 millones de toneladas, ligeramente inferior al nivel estimado para la temporada anterior", precisa.

Este informe detalla que se espera que la producción en España se sitúe ligeramente por debajo del nivel del año pasado, pero aun así represente alrededor del 40% de la producción mundial. “Si bien las lluvias beneficiosas de marzo a mayo de 2025 en las principales regiones productoras favorecieron un desarrollo óptimo del cultivo durante las fases de floración y polinización, el calor excesivo y la sequía desde junio de 2025 han perjudicado las perspectivas de rendimiento. Evidentemente, las condiciones meteorológicas de los próximos meses seguirán siendo cruciales para determinar el resultado final de la cosecha”, añade.

En la costa sur del Mediterráneo, se prevé que Túnez obtenga una cosecha récord, gracias a las abundantes precipitaciones durante toda la temporada de crecimiento. El informe de la FAO destaca que, con más de 400.000 toneladas, las previsiones preliminares podrían posicionar a Túnez como el segundo mayor productor mundial de aceite de oliva en 2025/26, representando el 13% de la producción global. Mientras tanto, “se espera que la producción en Italia se recupere de la cosecha reducida por la sequía de la temporada anterior, impulsada en gran medida por las condiciones favorables en las regiones del sur del país”, resalta sobre el país transalpino.

Por el contrario, según este organismo, se prevé que la producción de aceite de oliva en Grecia disminuya. Además de la alternancia natural de la producción de olivos -donde una temporada de alta producción suele ir seguida de una de baja producción-, el cultivo también se ha visto afectado negativamente por la sequía prolongada en algunas zonas de las principales regiones productoras. Asimismo, se pronostica que la producción en Turquía también disminuirá con respecto a la cosecha récord registrada durante la temporada anterior.

Aumento del consumo y el comercio mundial

Asimismo, el informe de la FAO señala que los consumidores se enfrentaron a precios elevados del aceite de oliva desde finales de 2022, debido a que las sequías prolongadas redujeron la producción mundial, especialmente en España, durante dos campañas consecutivas. Sin embargo, dado que los precios de referencia en los principales países exportadores iniciaron una tendencia a la baja en 2024 y cayeron drásticamente a partir de entonces, en un contexto de mejora de la oferta mundial, se prevé que el consumo mundial de aceite de oliva continúe recuperándose.

Este organismo indica que el consumo ya mostró una recuperación gradual desde principios de 2025 “en respuesta a precios más asequibles”. No obstante, considera que “como la campaña 2025/26 comienza con existencias iniciales relativamente bajas, es improbable que el consumo mundial se recupere por completo hasta el nivel récord alcanzado antes de la campaña 2022/23”.

En consonancia con la recuperación prevista del consumo, se pronostica que el comercio mundial de aceite de oliva se eleve hasta superar 1,3 millones de toneladas, “alcanzando potencialmente un máximo histórico”. Se prevé que la Unión Europea siga siendo el principal exportador mundial, gracias en gran medida a la amplia disponibilidad de exportaciones en España, “si bien los aranceles de importación más elevados impuestos por Estados Unidos podrían frenar el volumen de comercio”. Mientras tanto, cree que las previsiones preliminares de una cosecha récord en Túnez podrían impulsar la cuota de mercado del país en el comercio mundial de aceite de oliva. Por el contrario, se espera que la menor producción prevista en Turquía, tradicionalmente uno de los mayores exportadores de aceite de oliva, limite su capacidad exportadora en 2025/26. En cuanto a las importaciones, se prevé que la bajada de precios aumente las compras en los principales mercados, como Brasil, China, la Unión Europea y Estados Unidos.

Desafíos persistentes

Si bien se prevé que la producción mundial de aceite de oliva se mantenga estable en 2025/26, la FAO advierte de que los productores continuarán enfrentándose a diversos desafíos que afectan la rentabilidad y la sostenibilidad a largo plazo del sector. Los patrones climáticos irregulares y las sequías prolongadas en las principales regiones productoras representan, a su juicio, los problemas más apremiantes.
Además de reducir los rendimientos y comprometer la calidad del aceite, las temperaturas excesivamente cálidas favorecen la propagación de enfermedades como la Xylella fastidiosa. También considera que el aumento de los costes de producción también supone otro gran desafío. “Al ser una industria con gran demanda de mano de obra, la producción de aceite de oliva es particularmente sensible a los altos costos laborales y de insumos, lo que dificulta que los pequeños productores mantengan la rentabilidad”, alerta.

Para los exportadores, este organismo cree que las relaciones comerciales estables y un entorno comercial predecible son esenciales para establecer y mantener relaciones comerciales con compradores internacionales. En su opinión, las políticas comerciales coherentes y las normas regulatorias claras no solo apoyan a los exportadores en el desarrollo de alianzas a largo plazo con distribuidores y minoristas, sino que también les ayudan a reducir los costes de cumplimiento y transacción.

Finalmente, la FAO apunta que las regulaciones eficaces sobre el control fronterizo y la prevención del fraude son particularmente importantes para un producto como el aceite de oliva, cuya calidad está estrechamente ligada a su origen y autenticidad. Según concluye, la calidad constante del producto fortalecerá la confianza del consumidor y respaldará una demanda sostenida por parte de los usuarios finales.