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Estudian el potencial de cultivos mediterráneos como el olivo para fijar el carbono de la atmósfera en el suelo

Estudian el potencial de cultivos mediterráneos como el olivo para fijar el carbono de la atmósfera en el suelo

viernes 05 de noviembre de 2021, 13:27h
El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), adscrito al Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural (DACC) de la Generalitat de Cataluña, coordina y lidera varios proyectos para determinar qué tipos de cultivo y qué prácticas agrarias permiten secuestrar más carbono en el suelo y en las estructuras leñosas de los cultivos arbóreos.

"Todos los cultivos absorben carbono durante el día a través de la fotosíntesis; por la noche, sin embargo, liberan sólo una parte", ha explicado Robert Savé, investigador emérito del programa de Fruticultura del IRTA y uno de los autores del mapa de las reservas de carbono orgánico en los suelos agrícolas de Cataluña.

Savé ha precisado que "los cultivos leñosos, como el viñedo o el olivo, son los que más lo almacenan porque tienen una vida más larga en comparación con los cultivos herbáceos, como los cereales. Por ejemplo, se calcula que el olivo captura tres veces más carbono que un bosque de pino carrasco".

El experto del IRTA ha apuntado que también existen diferencias según los tipos de suelos; los de secano son los que acumulan mayor cantidad de carbono en comparación con los suelos húmedos o de regadío, en los que el agua favorece la actividad de los microorganismos y, por tanto, la descomposición de la materia orgánica, una parte del cual se transforma en dióxido de carbono que se libera a la atmósfera.

Las mejores prácticas, recogidas en una guía

Este organismo ha explicado que el poder de absorción y secuestro de carbono de los suelos y cultivos se ve amplificado en función del manejo y gestión de los mismos. En concreto, la luía de buenas prácticas agrarias Carbocert, en cuya redacción participó el IRTA, recopila las mejores prácticas disponibles para cuantificar y mejorar el secuestro de carbono en suelos agrícolas y estructuras leñosas de los seis cultivos más representativos de España: olivo, almendro, trigo, cítricos, vid y arroz.

Entre las prácticas que se recogen y que favorecen el secuestro del carbono se encuentran, por ejemplo, incorporar los restos de poda o del cultivo en el suelo, o bien labrar el mínimo o, incluso, no labrar. Así, tal y como recoge la guía, se estima que incorporar restos de poda puede incrementar en un 60% el contenido de carbono orgánico en las capas superficiales del suelo.

"Estas prácticas hacen, por un lado, que parte del carbono sintetizado durante el cultivo se reincorpore al agrosistema y, por otro, ralentizan la descomposición de la materia orgánica, lo que evita el retorno del carbono a la atmósfera", ha señalado la investigadora del programa Aguas marinas y continentales del IRTA Maite Martínez-Eixarch, una de las autoras de la guía.