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¿Qué percepción tienen los productores andaluces de los efectos del cambio climático en sus explotaciones?

¿Qué percepción tienen los productores andaluces de los efectos del cambio climático en sus explotaciones?

lunes 18 de julio de 2022, 12:01h

Sevilla ha acogido recientemente la presentación del estudio "Clima-Agri", un proyecto sobre la percepción que tienen los productores de los efectos del cambio climático en el campo de Andalucía. Este estudio realiza un análisis global de la percepción del cambio climático en el sector agrario andaluz y otro específico para cada uno de los cultivos más representativos del mismo: ganadería, olivar, frutas y hortalizas al aire libre, cultivos en invernadero, cultivos COPs (cereales, oleaginosas y proteaginosas), viñedo y arroz.

“Clima-Agri” es la primera investigación realizada sobre la percepción del cambio climático por los agricultores andaluces y ha sido financiada por la convocatoria de proyectos de I+D+i en el marco del Programa Operativo FEDER Andalucía 2014-2020. El proyecto ha sido coordinado por Mª del Mar Delgado Serrano y Macario Rodríguez Entrena, del Departamento de Economía Agraria de la ETSIAM de la Universidad de Córdoba (UCO).

Según sus impulsores, la necesidad de este proyecto -realizado en base a una muestra de más de 1.000 agricultores- viene avalada por la importancia del sector agrario en la economía, la generación de empleo en esta región y porque la situación geográfica de Andalucía hace que sea especialmente vulnerable a los cada vez más evidentes cambios en el clima.

A su juicio, el cambio climático supone para la agricultura dos retos principales: la mitigación y la adaptación. La agricultura y el sector forestal son primordiales en la mitigación del cambio climático, ya que son los dos únicos sectores con actividad económica capaces de absorber gases de efecto invernadero, si bien la adaptación, especialmente en Andalucía, también juega un papel muy importante.

La literatura científica afirma que la mayor parte de las acciones de adaptación frente al cambio climático dependerán de la capacidad autónoma adaptativa de los agentes, independientemente de las acciones que puedan poner en marcha los gobiernos. Por ello, sus impulsores han destacado la importancia de conocer la percepción de los agricultores y su disponibilidad a realizar acciones de adaptación que garanticen el futuro del sector en esta región.

La creencia en el cambio climático es muy alta (7,9/10 puntos), pero los agricultores consideran que tienen una co-responsabilidad limitada sobre el mismo (5/10 puntos). Además, creen que el modelo de consumo actual es el principal responsable.

Asimismo, 7 de cada 10 agricultores (72%) han percibido eventos climáticos extremos; 8 de cada 10 agricultores (78%) creen que estos episodios serán más frecuentes en el futuro; y1 de cada 10 agricultores (12%) perciben efectos positivos (menores heladas, temporadas de cultivo más largas…). A su vez, los agricultores andaluces tienen altos valores sociales y medioambientales (8,2/10 puntos) y están dispuestos a hacer cambios en sus prácticas agrarias, pero creen que los ciudadanos deben cambiar su comportamiento.

Respecto a los riesgos asociados al cambio climático, el 74% piensa que sus efectos y riesgos ya se están notando, el 63% cree que sus efectos se están notando en Andalucía, el 85% afirma que perderá al menos un 20% de sus ingresos debido al cambio climático, el 56% estima que el rendimiento de sus explotaciones se reducirá entre un 20 y un 50%, el 90,5% confía en los científicos como fuente de información sobre el cambio climático, pero solo el 22,3% confía en los gobiernos.

Los agricultores están dispuestos a poner en marcha estrategias de adaptación, pero las perciben como muy costosas y reclaman iniciativas y políticas que les ayuden a ponerlas en marcha. Los cambios más aceptados son cambios en el manejo del suelo, el abonado y fitosanitarios, mayor eficiencia en el consumo de agua y apoyo a medidas agroambientales, mientras que los menos aceptados son cambiar de cultivo o ganado y suscribir seguros.

Las principales barreras que perciben para la adaptación son la incertidumbre sobre el cambio climático; la incertidumbre sobre la evolución de los precios y de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) y la falta de información sobre las tecnologías para adaptarse.

El estudio señala que las explotaciones que más probablemente realizarán adaptaciones son las de mayor tamaño y renta; con asalariados fijos; que cuentan con relevo generacional y cuyos titulares tienen mayor formación agraria.

Otras variables determinantes en la disponibilidad al cambio son la creencia en el cambio climático; el haber experimentado ya sus efectos negativos; el tener altos valores sociales y ambientales; el tener acceso a tecnología y riego; y ser más proclive a la innovación.

Las recomendaciones de políticas que derivan de la investigación son conocer la opinión del sector y realizar análisis de percepción antes de poner en marcha políticas, para alinear lo que se propone con lo que el sector agrario está dispuesto a hacer; tener en cuenta la diversidad de sistemas agrarios y cultivos en Andalucía, y proponer medidas que se adapten a los diferentes contextos y no medidas indiferenciadas para todo el sector; poner en marcha estrategias de información sobre el cambio climático y de difusión de las tecnologías que pueden ayudar a la adaptación y a la mitigación; e identificar a personas con actividad agraria con mayor capacidad de innovación e involucrarlos en estos cambios. El proyecto indica que el amplio uso de los teléfonos móviles por los agricultores hace que las redes sociales o las app de cooperativas, SAT, asociaciones, etc. puede ser un buen medio de difusión de acciones o información.

Además de estas cuestiones, a aquellos encuestados cuyo cultivo predominante en sus explotaciones es el olivo se les consultó sobre la modalidad de cultivo (extensivo, intensivo u olivar de montaña) y si disponían de riego y, en caso afirmativo, su procedencia (aguas superficiales o subterráneas).

En general, en el sector olivarero se observó que la experiencia de haber sufrido fenómenos climáticos adversos en sus explotaciones les lleva a creer que en el futuro este tipo de fenómenos serán más frecuentes y que la creencia en el cambio climático es más alta entre aquellos que tienen un mayor nivel tecnológico en sus explotaciones.

En cuanto a las diferencias en las variables evaluadas en explotaciones de olivar respecto a otros cultivos destaca que el sector del olivar percibe una probabilidad más alta, superior a la media, de que fenómenos climáticos adversos consecuencia del cambio climático serán más frecuentes en el futuro. Además, la creencia del sector del olivar en la ocurrencia del cambio climático es alta, superior a la media y tan solo superada por la creencia del sector del viñedo en este fenómeno.