La adquisición de una almazara privada por parte de una cooperativa, y no al revés, representa un hecho extraordinario en el sector oleícola español. ¿Cómo se gestó la operación para adquirir la almazara de Deifontes y cuál es el objetivo de la misma?
La adquisición fue el resultado de un proceso de reflexión estratégica, trabajo y estudio dentro del Consejo Rector, unido sobre todo a la convicción de que hay que crecer. En julio, el Consejo Rector detectó la oportunidad de recuperar unos activos que llevaban tres años parados, ponerlos en valor y acercarlos al agricultor. No se trata de una absorción en sentido bancario, sino de una adquisición para desarrollar agricultura y economía real.
Es una decisión estratégica alineada con el propio plan de sostenibilidad económica y ambiental de la cooperativa
El objetivo es claro: estar más cerca del socio, facilitarle servicios y ofrecer más soporte, permitiendo que los agricultores tengan que recorrer menos distancia tanto para la recepción de aceituna como para servicios clave como la compra de fertilizantes. Es una decisión estratégica alineada con el propio plan de sostenibilidad económica y ambiental de la cooperativa.
¿Qué supone para Conde de Benalúa y sus socios y clientes esta operación?
Supone reforzar la apuesta estratégica por el crecimiento sostenible, la optimización logística y la generación de valor en el territorio.
La nueva almazara, ubicada en Deifontes, en una zona donde ya existen agricultores que superan las 5.000 toneladas permite acercar aún más los servicios al socio, reducir desplazamientos, mantener el valor añadido en la zona y aprovechar un potencial real de crecimiento en los Montes Orientales.
En términos productivos, si Granada produce en torno a 600 millones de kilos de aceituna, el escenario potencial que Conde de Benalúa ve en esta área asciende a 90.000 toneladas. Es, por tanto, una operación que no sólo tiene impacto industrial y logístico, sino también territorial y social.
¿Tiene previsto Conde de Benalúa adquirir otras almazaras que refuercen su proyecto en los próximos años?
Conde de Benalúa está orientada al crecimiento y a aprovechar oportunidades estratégicas cuando surjan, siempre que aporten cercanía al socio y creación de valor en el territorio.

Una vez realizada esta adquisición, ¿qué retos se marca la cooperativa a corto, medio y largo plazo?
El primer reto es consolidar e integrar operativamente ambas almazaras, coordinando procesos, criterios técnicos y logística para que funcionen como un único sistema eficiente al servicio del socio.
Al mismo tiempo, estamos trabajando en el desarrollo del plan de acciones del Plan Estratégico de Sostenibilidad 2030, en colaboración con el programa Crece-A de la Junta de Andalucía.
Y, en paralelo, mantenemos la ambición de seguir impulsando la expansión internacional de la marca y del proyecto, llevando el modelo de valor del AOVE y el posicionamiento de Conde de Benalúa a nuevos mercados exteriores.