Así lo destaca un análisis sobre almendricultura internacional, elaborado recientemente por Juan Vilar Consultores Estratégicos para un fondo inversión, que detalla que el cultivo del almendro representa el 0,12% del total de las tierras cultivadas del planeta. En la actualidad, un total de 1.941.468 hectáreas se dedican al cultivo de almendro (España, con el 34,9%; Estados Unidos, con el 22,7%; Túnez, con el 9,4%; y Marruecos, con el 8,8%, entre otros), mientras que el olivar representa el 1%, con 11,5 millones de hectáreas.
Según este estudio, la superficie de olivar mundial es seis veces superior a la de almendro, y en ambos casos España es líder en área cultivada.
Los principales países productores de almendra son Estados Unidos (79,1%), Australia (6,6%) y España (4,9%), seguidos de Túnez, Irán, Marruecos, Grecia e Italia. La producción total alcanza casi los 1,2 millones de toneladas de almendra limpia.
Asimismo, la evolución en el plantado de almendro ha pasado de crecer del orden del 1% anual hasta la campaña 2015/16 al 3,5% durante los dos últimos años.
El análisis subraya que España es la mayor importadora de almendra a nivel mundial, lo que unido a unos precios razonables, una previsión de demanda “esperanzadora” y un producto cuya naturaleza le hace carecer de sustitutivos, han dado lugar a que “el almendro se posicione como una de las alternativas más rentables para la agricultura en el ámbito de los cultivos leñosos”.
Al igual que en el olivo, según este informe, existe la almendricultura tradicional y moderna, tanto en seto como en copa, dándose una correlación parecida en la renta neta obtenida por dichas categorías de cultivo respecto a las tipologías existentes en la olivicultura.