www.mercacei.com
Mauricio García de Quevedo (FIAB): 'Es vital potenciar la imagen del aceite de oliva en el exterior'

Mauricio García de Quevedo (FIAB): "Es vital potenciar la imagen del aceite de oliva en el exterior"

Por Cristina Revenga Palacios
miércoles 24 de febrero de 2021, 10:49h
Aunque la industria alimentaria ha estado en primera línea en la crisis del COVID-19, el impacto de la pandemia sobre el sector ha sido notable en 2020. Sobre cómo afecta la actual situación sanitaria a la industria alimentaria de nuestro país, así como los retos a los que tienen que hacer frente productos como el aceite de oliva, hablamos con Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), entidad integrada por 44 asociaciones que desde 1977 representa a la industria española de alimentación y bebidas, primer sector industrial del país. Publicamos un extracto de la entrevista realizada en Mercacei Magazine 105.

La industria de alimentación y bebidas es hoy por hoy el primer sector industrial del país con una producción en 2019 superior a los 119.000 millones de euros y más de 32.000 millones de euros en exportaciones. ¿Cuáles son las claves para haber alcanzado estas cifras?

Es un camino de gran recorrido, fruto del esfuerzo de muchos años potenciando aquellos valores que nos diferencian, como es una oferta única y de gran riqueza. Hay pocos países que puedan ofrecer una variedad tan amplia de alimentos y bebidas, cuyos estándares de calidad y seguridad los convierten en un reclamo en nuestro país, pero sin duda también en el exterior. El esfuerzo de las empresas hacia la internacionalización ha contribuido también a que el sector ocupe este merecido reconocimiento, pues han ayudado a crear una Marca España alrededor de la gastronomía.

Esta industria tiene una gran tradición y está muy arraigada al territorio, supone el medio de vida de medio millón de personas de manera directa en cada rincón de España, sin contar con los sectores afines.

No obstante, en 2020 ha sufrido la crisis económica global generada por el COVID-19. ¿Cuáles son las estimaciones del impacto que la pandemia ha provocado en la industria alimentaria?

Hemos realizado una estimación sobre los principales parámetros como son producción, empleo, dimensión empresarial y exportaciones. En cuanto a la producción, la crisis del COVID-19 podría provocar un descenso de entre un 3,8% y un 8%, y en el peor de los escenarios esta caída podría llegar a los 10.000 millones de euros este año.

Además, de las 30.730 empresas del sector repartidas por todo el territorio nacional, alrededor de 800, en su mayoría pymes, podrían echar el cierre con desastrosas consecuencias en el mercado laboral. Después de seis años consecutivos generando empleo, el sector podría perder entre 4.000 y 11.000 puestos de trabajo.

En el mercado internacional, además de las complicaciones en materia de aranceles por parte de Estados Unidos y las tensiones en la resolución del proceso del Brexit, la crisis del coronavirus provocaría un descenso de entre un 6% y un 11%.

Este año tendremos un gran impacto y esperamos empezar a recuperarnos el año que viene. Confiamos en que en 2022 volvamos a cifras similares a las de 2019.

Hay que insistir en la importancia de la digitalización para crear estrategias y nuevas oportunidades de mercado

El COVID-19 ha obligado a aplazar y suspender numerosas ferias y eventos a nivel nacional e internacional, en las cuales FIAB organizaba la representación española. ¿Cómo cree que deben abordar las empresas sus acciones encaminadas a la internacionalización y exportación de productos como el aceite de oliva y la aceituna de mesa?

El apoyo a la internacionalización y la promoción de los productos españoles en el exterior es uno de los reclamos que hemos hecho al Ejecutivo desde que se inició la crisis. La internacionalización es uno de los principales ejes dinamizadores para la industria y no podemos renunciar a él. En este nuevo contexto, hemos de afrontar procedimientos distintos para seguir trabajando por el posicionamiento en cada país, apoyándonos en la digitalización.

Impulsar la promoción, incentivar nuevos canales como el e-commerce o la presencia en otras plataformas que nos acerquen a nuevos mercados. FIAB sigue muy de cerca el desarrollo de cada país y mantiene un contacto estrecho con sus antenas en los distintos mercados para seguir incentivando la actividad y, de hecho, llevaremos a cabo el programa de Business Meetings virtuales que pondrá en contacto directo a compradores internacionales con industrias españolas, para seguir incentivando la actividad exportadora. Estos encuentros se desarrollaban de manera presencial en nuestro país, pero la adaptación debe ser la norma en estos tiempos y todos los pasos que demos en esta dirección nos permitirán reaccionar mejor y más rápido ante cualquier dificultad.

¿Cómo cree que esta situación transformará los hábitos de consumo de los españoles en el futuro?

Los consumidores han reconocido el esfuerzo operativo de toda la cadena, pues, a pesar de las condiciones tan complicadas, cada hogar ha podido disfrutar de lo mejor de nuestra oferta en su mesa, y eso es un valor que ha calado en nuestra sociedad.

Es significativo el avance de la compra a través de Internet, pasando del 1,5% a más del 3%. Además, asistimos a un cambio en el perfil de los usuarios, pues ha subido considerablemente la media de edad de consumidores que recurren al canal on line para su adquisición. Por ejemplo, los mayores de 65 años han aumentado en un 210% sus gastos dentro de este canal.

Es lógico que el consumo en el hogar esté creciendo, pues aún tenemos una situación que oscila mucho y con restricciones al consumo. Sin embargo, tenemos una tradición muy arraigada de disfrutar tanto dentro como fuera del hogar de lo mejor de nuestros productos. En ese sentido, siempre que la situación sanitaria lo permita, seguiremos disfrutando de ellos en nuestros locales de hostelería, ya que trabajan duro para cumplir con las máximas garantías de seguridad e higiene.

La industria pone al consumidor en el centro de su actividad, garantizando la cobertura de sus inquietudes y necesidades, y eso pasa por garantizar que las empresas responderán sea cual sea la decisión de compra de cada persona.

¿Qué acciones destacaría de la federación para impulsar la presencia del sector del aceite de oliva español en el exterior?

El sector del aceite es uno de los más representativos de nuestra industria y de nuestra gastronomía. España es el primer país productor de aceite de oliva y una potencia exportadora a nivel mundial. Es un producto con mucho peso dentro de la Dieta Mediterránea, así que potenciar esta imagen en el exterior es vital.

Además, su reto, al igual que el resto de los productos españoles, es aumentar el valor de sus exportaciones, ya que un gran porcentaje que se exporta es a granel, aunque ya son muchos los esfuerzos que se están haciendo en este sentido por parte de las empresas.

España no puede renunciar al mercado de EEUU

En cuanto al comercio exterior, las exportaciones son otra de las magnitudes que experimentaron un importante crecimiento en 2019, llegando a los 32.363 millones de euros, a pesar de la incertidumbre mundial y las trabas al comercio internacional. ¿Qué estrategias considera que son necesarias para alcanzar nuevos mercados e impulsar las exportaciones de productos como el aceite de oliva?

La visibilidad del producto es esencial, y la promoción de los alimentos y bebidas, evidenciando su seguridad y destacando sus variedades e indicaciones de calidad es una de nuestras fortalezas. Es momento de proteger lo nuestro y, por tanto, fundamental generar una demanda segura para que el sector trabaje con normalidad y transmitir que nuestros alimentos y bebidas son seguros, para evitar la deslealtad con otros países. Para ello es muy importante que se otorguen facilidades tanto en la circulación de mercancías, como de tipo burocrático, de cara a flexibilizar la salida de productos.

Además, hay que trabajar en una mayor diversificación de los mercados, pues nos permite un mayor control del riesgo. No olvidemos que esta crisis no está impactando con la misma intensidad y al mismo tiempo en todos los países. Si sólo nos centramos en el mercado europeo, tenemos menos margen de reacción que si ampliamos el mercado a más países y continentes. Pero además esa diversificación debe realizarse también en los sectores donde aplico mis productos, es decir, ampliar el foco a los que destino mis productos y permitir que pueda posicionarse en diferentes establecimientos, canales o aplicaciones.

El modus operandi ha cambiado y nos hemos visto envueltos en un proceso de aceleración en la incorporación de herramientas digitales. Hay que aprovechar ese impulso porque podemos desarrollar nuevas herramientas de promoción o nuevas formas de relacionarnos con nuestros clientes. De nuevo insistimos en la importancia de la digitalización para crear estrategias y nuevas oportunidades de mercado. Si algo nos está enseñando esta crisis es que cuanto más preparados estemos, mejor podremos capear el temporal.

Asociaciones españolas como Asoliva, Asemesa, COAG, UPA, Asaja o Cooperativas Agro-alimentarias, han constituido la plataforma contra los aranceles de Estados Unidos. ¿Cómo están afectando estas tarifas a la industria alimentaria en general y al aceite de oliva en particular? ¿Qué acciones cree que son necesarias para solucionar este conflicto?

España no puede renunciar a este mercado. Ha sido un alivio para nosotros que esa lista no aumentara en agosto, pero el problema sigue siendo gravísimo y nos está dejando fuera del segundo país de destino para las exportaciones de alimentos y bebidas españoles fuera de la Unión Europea.

Si se comparan las ventas de productos afectados en el periodo comprendido entre noviembre de 2019 y abril de 2020 con el mismo periodo del ejercicio anterior, las exportaciones de los productos afectados han caído un 10,5%. La plataforma señala que, dado que los productos afectados por el arancel representan el 53,1% sobre el total de alimentos y bebidas exportados a Estados Unidos, se ha producido una pérdida real de 193,57 millones de euros en las ventas realizadas al país norteamericano hasta abril de 2020.

En el caso del aceite de oliva, solo entre los meses de noviembre y abril, las exportaciones de aceite de oliva en este mercado cedieron un 13,4% en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior.

Por ello, no podemos seguir cediendo terreno respecto a otros competidores como Marruecos, Grecia, Italia o Portugal. A esta situación habría que sumar otras consecuencias como la deslocalización de empresas para realizar el envasado en otros países, sorteando así la imposición del arancel a los productos españoles. Esto se traduce en pérdidas económicas y en el empleo.

La situación es muy dramática y para ello necesitamos mayor contundencia en la negociación bilateral con el Gobierno americano para que la derogación de los aranceles sea definitiva.

¿Qué virtudes destacaría de los alimentos españoles, entre ellos el aceite de oliva, y qué les diferencia de los de otros países?

España disfruta de unos alimentos y bebidas que son únicos y muy apreciados por su alta calidad, variedad y riqueza de sabores. Pero una de nuestras mejores bazas es que son productos muy seguros. El sistema alimentario español es uno de los más regulados, y los productores y fabricantes cumplen con los más altos estándares en materia de seguridad y calidad. Si unes una oferta de gran riqueza con el lugar que ocupan los alimentos y bebidas dentro de nuestra tradición y cultura, el resultado es inmejorable y muy competitivo.