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La influencia de los aceites de fritura en el sistema gastrointestinal

La influencia de los aceites de fritura en el sistema gastrointestinal

martes 02 de noviembre de 2021, 13:28h

Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para el Consejo Oleícola Internacional (COI) concluye que el consumo regular de filetes y palitos de merluza fritos en AOVE garantiza una menor ingesta de compuestos alterados y oxidativos que afectan al estado del intestino y a muchos procesos de transporte de lípidos, así como una mayor integridad de la barrera intestinal. Ello deriva, en comparación con los fritos en aceite de girasol, en una mejor salud intestinal y un menor riesgo futuro de enfermedades degenerativas, según ha informado este organismo internacional.

En 2019, durante nueve meses, el Grupo de Investigación sobre Nutrición y Salud Cardiovascular (AFUSAN) de la UCM realizó un estudio para el COI titulado “Efectos comparativos del aceite de oliva virgen extra y del aceite de girasol utilizados en frituras, adicionados o no con taninos condensados, sobre el estatus antioxidante, la integridad de la barrera intestinal y la microbiota colónica de ratas Wistar”.

En los ensayos, se frieron filetes y palitos de merluza de forma intermitente 28 veces, mientras se añadía aceite. Al añadir aceite de oliva virgen extra, la alteración alcanzó 15,6 mg./100 mg. de aceite en compuestos polares y 7,3 mg./100 mg. en compuestos poliméricos; con aceite de girasol, la alteración llegó a 22,0 mg./100 mg. y 12,8 mg./100 mg. en compuestos polares y polímeros, respectivamente.

Tras la administración repetida de estos aceites durante siete días, con o sin taninos de algarroba condensados (CFE), los resultados más importantes obtenidos fueron que la respuesta antioxidante en el intestino delgado fue menor en las ratas que ingirieron aceite de girasol que en las que consumieron aceite de oliva. Según la información publicada por el COI, esto implica que estas ratas estuvieron expuestas a un mayor estrés oxidativo y a posibles daños en los tejidos que las ratas del grupo de aceite de oliva. También se comprobó que la adición de CFE ayudaba a aliviar el estrés oxidativo.

Asimismo, ambos aceites produjeron enzimas que intervienen en la digestión de los lípidos y la absorción intestinal, pero la inmunolocalización de estas enzimas sugiere que los procesos son muy diferentes en las distintas zonas del intestino delgado (duodeno, yeyuno e íleon) para el aceite de oliva y el de girasol. Así, estos cambios parecen retrasarse al digerir el aceite de oliva, lo que significaría que entra menos colesterol en el enterocito y se forman menos quilomicrones (especialmente al añadir CFE).

En cuanto a la integridad y permeabilidad de la barrera intestinal, la composición de la microbiota intestinal y el grado de disbiosis, los resultados mostraron que los dos aceites, fritos el mismo número de veces, provocaron cambios muy diferentes en el colon. Según detalla el COI, los efectos del aceite de girasol podían considerarse más nocivos que los del aceite de oliva, en particular por la reducción de las cantidades de dos proteínas (claudina- 2 y zonulina).

En cuanto a la microbiota, destacó que los microorganismos más protectores de la mucosa (Clostridium leptum, Clostridium coccoides, Bacteroides y Bifidobacterium), que producen mucho ácido butírico, tendían a ser más abundantes en el aceite de oliva que en el de girasol.