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Tormenta perfecta en el aceite de oliva

Tormenta perfecta en el aceite de oliva

miércoles 09 de marzo de 2022, 12:30h

La guerra en Ucrania ha provocado un desabastecimiento histórico de grasas y aceites de semillas en el mercado, hasta el punto de que no es descabellado pensar que el aceite refinado podría llegar a superar la cotización del virgen extra. Mercacei ha preguntado a los principales actores del sector sobre el complejo escenario abierto por el conflicto y sus repercusiones a corto plazo. Mientras que algunas asociaciones y empresas consultadas se han reservado su opinión al respecto, esto es lo que nos han contestado productores y operadores del sector.

1.- ¿Cuál es tu valoración acerca de esta situación?

2.- ¿Cómo crees que va a afectar al mercado y al sector en los próximos días y/o semanas?

Álvaro Olavarría
Director gerente de Oleoestepa, S.C.A.

1.- La tensión en el mercado de los aceites vegetales es única y sus efectos, imprevisibles. De un lado, está la guerra en los dos principales países productores de girasol; y, por otro, una sequía que compromete la próxima cosecha de aceite de oliva en el primer productor mundial. Pero aún tenemos más problemas y por ello grandes compañías alimentarias del mundo buscan en estos días aceites sustitutivos al aceite de girasol y también al aceite de palma. Todos los aceites vegetales vienen experimentando subidas en sus precios desde hace meses; es el caso del aceite de palma, que ha multiplicado por tres su precio por decisiones políticas de Indonesia, primer productor mundial. Nos hallamos ante la “tormenta perfecta”, de la que conocemos cómo ha empezado y desconocemos cómo terminará.

2.- Al mercado ya le ha afectado con fuertes subidas en todas las categorías y tipos de aceites vegetales, y bloqueo por falta de oferta. En una situación extrema como la actual, de guerra y sequía, las consecuencias son imprevisibles. El cese de ambas causantes podrá conducir a una nueva normalidad.

Primitivo Fernández
Director de Anierac

1.- La situación es muy tensa, especialmente en los mercados de cereales y, por supuesto, del aceite de girasol. Los posibles cambios en la situación dependen de decisiones políticas que están muy por encima de nosotros. Afortunadamente, tenemos posibilidades de encontrar girasol en otros países e incluso, si fuera necesario recurrir a otros aceites vegetales, en España tenemos una situación privilegiada con el aceite de oliva y el aceite de orujo de oliva.

2.- Todo depende de cómo evolucione la crisis. Si el conflicto se resolviera en un plazo corto, no sería difícil recuperar un equilibrio en los mercados mundiales.

Miguel S. Verdasco
Bróker de aceite de oliva a granel

1.- Estamos hablando de un problema político que abarca más de 20 años y que ha desembocado en un conflicto bélico con consecuencias muy graves e inciertas para todos los países directa o indirectamente implicados en el mismo. No sólo el mercado de grasas vegetales se está viendo afectado, sino también el de cereales y el energético. Los precios, como en cualquier situación de incertidumbre y de escasez, se han disparado. Por otra parte, Rusia, después de EEUU, es el destino más importante de las exportaciones agroalimentarias de la UE; y actualmente Ucrania es exportadora neta de productos agroalimentarios en términos de valor. Este hecho la coloca en una posición muy relevante en el comercio agroalimentario europeo.

2.- Este tipo de movimientos, en cualquier mercado, son muy peligrosos. La aparente fortaleza y decisión con la que se mueven los precios en una dirección pueden revertirse rápidamente si cambiase el curso de los acontecimientos. En concreto, en cuanto al sector oleícola, los movimientos de precios no han sido tan agresivos si los comparamos con el resto de sectores (aumento >280% en el precio del gas y del >140% en el precio de los fertilizantes). El lampante ha subido un 5-8% y el virgen/virgen extra sobre un 5-6% aproximadamente, dependiendo de las condiciones contractuales fijadas. La subida se ha repercutido en el oliva refinado directamente. El aceite de orujo refinado esta semana estaba sin cotización, al igual que los aceites de semillas. Los diferenciales entre las distintas categorías se han estrechado y seguirán haciéndolo hasta que no cambie la situación, dado que el consumo de cada categoría no se corresponde con el nivel de producto disponible de cada una de ellas. La forma y los plazos en los que se acuerde el cese de los enfrentamientos determinará la estabilidad y/o el posible descenso en mayor o menor medida de los precios alcanzados tanto para los productos agroalimentarios como para la energía.

Manuel Pérez
Director comercial corporativo de Dcoop

1.- El conflicto ruso-ucraniano está dando lugar a una mayor demanda, principalmente para la industria, de aceites que puedan sustituir al aceite de girasol, lo que ya está provocando una mayor demanda de refinados que lógicamente puede afectar a su precio.

2.- A corto plazo no hay posibilidad, especialmente en Europa, de satisfacer la demanda de estos aceites de girasol con otros aceites de semillas; por tanto, podemos ver un mercado aún más fuerte para nuestros refinados, con precios al alza.

Juan Vieites
Secretario general de ANFACO-CECOPESCA

1.- Desde ANFACO-CECOPESCA vivimos con gran preocupación el conflicto armado en Ucrania, deseando que exista un cese inmediato de las hostilidades. En líneas generales, la exportación a Ucrania no supone un mercado principal, ascendiendo en 2020 a 508 toneladas de preparaciones y conservas de pescados y mariscos exportadas. En importación, el aceite de girasol, en cambio, sí es un actor indiscutible. Como principal productor -seguido por Rusia-, en torno al 70% de las importaciones españolas de aceite de girasol provenían de Ucrania, seguido por Bulgaria, Moldavia y Francia, según datos de 2021. Esto provoca un desajuste en la oferta y la demanda, con plantas de refinado en Ucrania bloqueadas por el conflicto y buques que ya no circulan por el estrecho del Bósforo.

2.- Las empresas ya están adoptando planes de contingencia. De los aceites vegetales empleados en la conserva española, unas 98.000 t. anuales, aproximadamente el 44% provenía del oliva, mientras que el 56% era girasol. Ya se están buscando suministros alternativos, para lo cual solicitaremos a las administraciones nacionales y europeas medidas comerciales de excepción, como supresión de barreras arancelarias o técnicas -tal y como se trabaja en nuevas formulaciones con aceites sustitutivos, como el de soja- que mantengan la alta calidad organoléptica y todas las garantías higiénico-sanitarias de la conserva. Dicho trabajo permitirá a las empresas asegurar la producción, esperando que los consumidores mantengan su compromiso con los productos y la conserva españolas, al igual que durante la pandemia. Necesitamos el consumo de productos pesqueros en la cesta de compra como un alimento imprescindible para una dieta variada y equilibrada, que además aportan elementos como los Omega 3. Eso redundará en el beneficio nutricional de la población y socioeconómico para el país ante el presente contexto internacional.

José María Puerto
Agente comercial

1.- No creo que el aceite refinado llegue a cotizar al mismo precio que el virgen extra, pero la firmeza del girasol provocada por su escasez empujará hacia arriba al aceite de oliva. Dependerá de lo que dure el conflicto, tampoco conozco el acopio que tendrán las industrias. A nivel de consumo habrá sustitutivos y el consumidor optará por otros aceites como el de orujo o de semillas (sobre todo soja), pero para la industria alimentaria será más complicado.

2.- Si Rusia no se retira, invade Ucrania y acaba el conflicto, habrá que ver si todos los contratos firmados con Ucrania en lo que se refiere al girasol se cumplirán o no, dependerá de la posición que adopte Rusia. En cuanto al sector del aceite de oliva, posiblemente el mercado se tranquilice y la oferta no quiera vender, porque, aunque se trate de productos distintos y cada uno tenga su consumo, lo que no es normal es que, utilizando un símil, el cobre valga más que el oro.

Esteban Momblán
Gerente de Grupo Interóleo

1.- La situación actual del mercado es de “tormenta perfecta”. Hasta hace escasamente una semana todo giraba en torno a la situación de escasez de lluvias, que es realmente preocupante y que mantenían los precios en niveles superiores a los de la campaña pasada. Pero la nueva variable de conflicto bélico en dos zonas geográficas que producen más del 50% del aceite de girasol del mundo ha provocado una convulsión de efectos aún desconocidos para todos. Obviamente, la preocupación de todos es la crisis humanitaria que ya se está produciendo y que debe estar por encima de cualquier otra consideración. Además, la incertidumbre generada tiene un horizonte temporal totalmente incierto, puesto que a día de hoy es muy difícil saber cuándo se producirá un desenlace que dé lugar a una normalización de la situación.

2.- A corto plazo la influencia está siendo muy importante. Ha supuesto una revalorización de los precios de los aceites de oliva, sobre todo de aquellos con destino a refinería, no vista desde hace muchos años o décadas. Rusia y Ucrania han producido en la campaña 2021/22 unos 13 millones de t. de aceite de girasol y a nivel global se han producido alrededor de 22 millones de t., por lo que ha desaparecido del mercado algo más del 50% de este tipo de aceite. De ahí que tanto los consumidores como la industria conservera y alimentaria deban buscar una solución a corto plazo para abastecer sus compromisos inmediatos, y la más inmediata ha sido el oliva. Pero a medio y largo plazo, si la situación geopolítica no cambia, habrá que buscar otras alternativas porque los números son imposibles. El problema es que otros aceites de semillas como colza o soja tienen sus mercados y clientes, y será difícil que puedan cubrir el hueco dejado por el girasol. Sin duda nos encontramos ante una evolución de precios y un periodo inflacionista nunca visto hasta la fecha. No deberíamos arrepentirnos en el futuro de perder consumo que luego cuesta tanto recuperar.

José María Penco
Director de AEMO

1.- En primer lugar, lo importante -y que debe estar por encima de cualquier reflexión económica- es parar el drama humanitario. Pero entrando en lo que nos ocupa es patente que cortar de raíz el flujo exterior de aceites de semillas, especialmente de girasol proveniente de Ucrania, será traumático para Europa en general y para nuestro país en particular, ya que Ucrania es el indiscutible líder en producción. Ello supondrá que, siendo España deficitaria en girasol, tendremos que sustituir ese consumo destinado a botella, industria conservera, alimentos fritos envasados, etc., por otra grasa sustitutiva. El sustituto natural sería el aceite de orujo de oliva, pero las existencias que tenemos son claramente insuficientes para el volumen demandado. Así pues, habrá que tirar sí o sí de oliva refinado, que en origen es lo mismo que hablar de aceite de oliva virgen lampante.

2.- El efecto en el mercado será -o es ya- que se disparará la demanda de aceite de oliva lampante en nuestras almazaras, incluso que quizá se tengan que refinar vírgenes porque la oferta de lampantes en España este año es menor. La respuesta inmediata será el alza firme del precio en origen, algo irremediable atendiendo a la ley de la oferta y la demanda. A medio y largo plazo nuestra lectura es que, si finalmente se usan olivas para usos que tradicionalmente tenían las semillas, debemos aprovechar la oportunidad para informar al consumidor de que está consumiendo un producto más sano y que, siendo España el principal productor mundial de aceites de oliva, debemos concienciarnos de que su uso en toda nuestra alimentación -ya sea elaborada en casa o envasada- dependerá de nosotros y estará menos expuesta a la incertidumbre de la importación de otros mercados.

Cristóbal Gallego
Presidente de Jaencoop

1.- Es una situación nueva para mí en la que no tengo ninguna experiencia, se está produciendo un desabastecimiento de materias primas esenciales que está afectando a actividades y mercados.

2.- En concreto, se está dando un incremento del precio del aceite de girasol motivado por una falta de oferta y abastecimiento; los grandes supermercados han restringido las unidades que puede retirar cada uno de sus clientes, lo cual aumenta su necesidad ante la creencia de que se pueden quedar desabastecidos. Igual está sucediendo con la industria conservera y todas aquellas que en la elaboración de sus productos utilizan el aceite de girasol, creando un grave problema. Esta situación está incrementando el precio de los aceites vegetales en general, y también se está dando en el orujo de oliva y en los lampantes que van a refinería. Además, se ha producido un incremento en el precio del gas, lo cual ha provocado la parada de turbinas de cogeneración; en nuestro caso, los gestores de la planta de cogeneración que abastecen de calor los secaderos de San Miguel Arcángel en Villanueva del Arzobispo han decidido de manera unilateral parar la turbina a pesar del contrato de suministro que mantenemos con ellos, provocando la parada de la actividad en nuestra planta orujera, con lo que no podemos procesar el alperujo ni extractar para producir aceite de orujo crudo. En definitiva, la situación es grave y no esperada, por lo que iremos viendo cómo se van desarrollando los acontecimientos en las próximas semanas, en función de cómo vaya resolviendo su situación cada operador.

Juan Morales
Agente comercial de J. Morales Navas Comercial Aceitera, S.L.U.

1.- Nos encontramos ante una situación que nunca hemos vivido y menos tan de cerca, con una repercusión grandísima en todos los flancos que sostienen la económica de un país, como son las eléctricas o el petróleo -y todos sus derivados-, y en productos esenciales de la alimentación tanto humana como animal. La situación es complicada porque no es posible crear alternativas ni producir a velocidades tan rápidas para que la economía no se resienta; los cambios, por muy rápidos que sean, necesitan su tiempo debido a su propia complejidad.

2.- El sector ya ha sufrido las primeras reacciones, con una subida de precios que, junto con la sequía que venimos padeciendo, complica el ritmo normal del mercado. Es lógico que una parte de la producción de girasol vire hacia distintas grasas, y una de ellas será el aceite de oliva. El problema consiste en conocer el tiempo que durará este conflicto y hasta dónde se va a retraer el consumidor con todas las subidas que va a tener que asimilar en todas las facetas de su vida cotidiana. El precio de los aceites de oliva evolucionará a según se desarrolle el conflicto armado. Esta situación debería provocar unos cambios en la mentalidad agrícola europea para ser menos dependiente del exterior.