Además, la creciente preocupación, especialmente en determinados sectores poblacionales, por mejorar la salud propia a través de dietas más saludables hace que se busquen alternativas en el mercado alimentario internacional.
En concreto, el aceite de oliva es utilizado mayoritariamente en la preparación de platos típicos de otros países y en el aliño de ensaladas. Sin embargo, en la preparación de los platos se emplea mucho la mantequilla para cocinar, y en el último campo compite con las salsas preparadas, cuyo uso está actualmente mucho más extendido entre los consumidores noruegos.
Dado que no es un país típicamente productor de aceite de oliva, Noruega debe satisfacer la demanda (especialmente la de clientes entendidos y que buscan calidad) con importaciones de países donde sí se produce tradicionalmente, tales como España.
Así, España figura en la primera posición entre los principales exportadores de aceite de oliva al país escandinavo (2.657 toneladas en 2018 por valor de 10,9 millones de euros), seguido de Italia, Grecia o Turquía.
El estudio señala que las facilidades existentes actualmente para poder realizar operaciones de exportación/importación de productos, ya sean alimentarios o no, permite que junto con la legislación internacional y las estatales se puedan crear oportunidades comerciales. En este sentido, aunque Noruega no pertenece a la Unión Europea, sí tiene los beneficios de pertenecer al Espacio Económico Europeo y al Acuerdo de Schengen (sobre la libre circulación de ciudadanos entre los países que forman parte de este).
En cuanto a los canales de distribución, los productos alimentarios siguen dos diferentes canales de distribución: a través de mayoristas/distribuidores y de minoristas. En el caso concreto de Noruega, se caracteriza por la concentración en el sector mayorista/distribuidor, siendo cuatro los grandes grupos empresariales que dominan el sector.
Respecto a las tendencias, según el informe, las más destacables dentro del sector alimentario en Noruega y aplicables por lo tanto al sector del aceite de oliva son los productos orgánicos o ecológicos, aptos para alergias y/o intolerancias, saludables o dietéticos, de proximidad o sostenibles y de comercio justo.
