En términos absolutos, los datos de este organismo apuntan que el precio del aceite de oliva virgen extra actual se sitúa de media en 3,11 euros por kilo frente a los 5,54 euros por kilo de marzo de 2019, mientras que en el caso del AOVE español es de 2,11 euros por kilo en comparación con los 2,64 euros por kilo del año anterior.
La reducción de los precios comenzó a principios del verano y se intensificó en el otoño con la apertura de las almazaras. “Esto ha permitido a las empresas envasadoras comprar a precios asequibles tanto en Italia como en el extranjero y ahora, con la crisis del COVID-19, no parecen tener ningún problema particular de suministro”, ha asegurado el Ismea.
Por el momento, según este organismo, todavía hay volúmenes para vender, pero el mercado se ha detenido precisamente debido a la presencia de existencias en las cadenas de distribución. En este sentido, “la atención principal se dirige a la parte agrícola, esperando señales que puedan dar indicaciones sobre la futura campaña”, ha afirmado.
Respecto al comercio en 2019, el Ismea ha precisado que las importaciones totales de aceite de oliva y orujo de oliva superaron las 600.000 toneladas (+9,5%) por valor de 1.400 millones de euros (-13%) por la reducción de los precios internacionales; mientras que las exportaciones, sin embargo, con 339.000 toneladas, crecieron ligeramente en volumen (+1%) y registraron un valor de 1.370 millones de euros (-8,5%).
Asimismo, prevé que la producción italiana de la actual campaña 2019/20 se sitúe en 365.000 toneladas frente a las 175.000 toneladas de la campaña anterior.
Sin embargo, a nivel mundial, los datos de producción de esta campaña se estiman inferiores a la temporada anterior (-5%), una síntesis de dos situaciones opuestas en la UE y fuera de las fronteras comunitarias. Así, según el Ismea, se prevé una caída “bastante considerable” en España, hasta una producción de 1,16 millones de toneladas, un 35% menos. Grecia, por otro lado, aumentará su producción, aunque con una tasa de crecimiento menor a la esperada al comienzo de la recolección. La producción en otros países productores también se incrementará, en primer lugar Túnez que, con 300.000 toneladas, aumentará un 150% en comparación con la temporada precedente y Turquía (+36%).
Sin embargo, según el Ismea, la menor producción mundial se ha visto compensada por las altas existencias sobre todo en España que, de hecho, calmaron el mercado. En este sentido, los precios internacionales continuaron en su fase de inflexión e incluso los precios italianos, que aumentaron el año pasado debido a la escasez de producto, se han adaptado a esta reducción.
