Este organismo detalla que el sector oleícola, tanto a nivel nacional como en los principales mercados extranjeros (España, Grecia y Túnez), ha experimentado un período más "reflexivo" en las últimas semanas. Así, las almazaras han finalizado las operaciones y la producción ha sido más abundante que lo estimado durante la cosecha.
El período continúa caracterizándose por pocos contratos, también en relación con las existencias que las compañías envasadoras parecen haber realizado en los meses anteriores aprovechando los bajos precios. Sin embargo, en las últimas dos semanas, se ha informado de algunas negociaciones al alza, particularmente en el norte de Puglia, para el aceite de oliva virgen extra, si bien “será necesario esperar para entender si esto se debe únicamente a la contingencia del período de emergencia”.
En este momento de la primavera, según Ismea, la industria envasadora puede necesitar algunos suministros nuevos, por lo que será interesante observar si en las próximas semanas algún problema logístico en la importación inducirá a dirigir las compras más intensamente hacia el producto nacional.
No obstante, las grandes empresas, especialmente aquellas que suministran al comercio minorista a gran escala, están trabajando a toda velocidad gracias al aumento del consumo interno y a la nueva vocación culinaria de los italianos. Diametralmente opuesta es la situación de las pequeñas y medianas empresas que no tienen relación comercial con el comercio minorista a gran escala y que no han cerrado pedidos con el canal Horeca. A su juicio, tampoco debe subestimarse la falta de demanda derivada de la cadena de suministro turístico.
En cuanto a los precios, se observaron ligeras disminuciones en las listas de precios promedio del aceite lampante, siempre estrechamente vinculadas a la tendencia del producto ibérico, mientras que el camino del aceite de oliva virgen continúa estable. Los valores de los aceites de oliva y orujo refinados y todos los aceites de semillas también fueron estables.