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El sector oleícola de Túnez ante los desafíos del COVID-19

El sector oleícola de Túnez ante los desafíos del COVID-19

miércoles 10 de junio de 2020, 11:40h

Tres expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) analizan en este artículo la situación actual del sector oleícola de Túnez, los retos y dificultades a los que se enfrenta y que se han visto agudizados por la crisis sanitaria del COVID-19 y los logros conseguidos en el proyecto que, junto con el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), tiene en marcha para mejorar la competitividad y aumentar el reconocimiento del aceite de oliva tunecino.

El aceite de oliva es el producto agrícola más importante de Túnez, ya que representa el 60% de las exportaciones agroalimentarias del país y más de un millón de personas dependen del sector.

La campaña 2019/20 ha batido récords, con una producción aproximada de 350.000 toneladas de aceite de oliva, lo que supone un aumento de alrededor de 70.000 toneladas respecto a la temporada 2017/18.

No obstante, posteriormente se extendió la crisis del COVID-19, causando interrupciones en las cadenas de suministro agroalimentarias y Túnez no fue la excepción.

En la actualidad la demanda de exportación está cayendo, la logística está atascada y el acceso a la financiación se está agotando, por lo que el sector necesita adaptarse a tiempo a los desafíos que marca el COVID-19 para la cosecha de otoño.

"Los productores que se centran en la calidad en lugar de la competitividad de los precios pueden resistir mejor los choques económicos"

Así, los costes comerciales han aumentado del 15 al 20% desde el comienzo de la crisis y muchos mercados han cerrado o disminuido considerablemente. Los distribuidores de Estados Unidos ahora exigen que incluso las exportaciones a granel estén acompañadas de un certificado de seguridad alimentaria de alto nivel como el British Retail Consortium (BRC). Aunque esto era de esperar, dada la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria de Estados Unidos, la situación del COVID-19 ha acelerado esta tendencia, por lo que no se está certificanso a pequeños y medianos exportadores, que no pueden vender en un mercado importante.

Desequilibrios del mercado

Antes del COVID-19 había signos de un grave desequilibrio en el mercado del aceite de oliva tunecino, con caídas tanto en los precios nacionales como en los de exportación.

En febrero, los precios nacionales del aceite de oliva en el canal minorista habían descendido un 20% interanual (mientras que se registró una inflación de los alimentos del 5% durante el mismo período), con un aumento en el consumo interno impulsado por los bajos precios.

Las cifras comerciales combinadas de enero y febrero de este año muestran un aumento del 29% en valor, en comparación con el mismo período del año pasado, y un incremento del 96% en volumen, mientras que los precios de exportación cayeron un 34% durante ese período.

Importancia de la calidad

Las empresas y productores de aceite de oliva tunecino han perdido, en cierta medida, las ventas de los restaurantes. Pero aquellos que se han centrado en la calidad del mercado han sido compensados ??por el aumento de la venta minorista, especialmente los que desarrollan canales de venta on line (todavía en una etapa muy temprana en Túnez). Existe evidencia de que los productores de aceite de oliva tunecino que se centran en la calidad en lugar de la competitividad de los precios pueden resistir mejor los choques económicos, incluidos los provocados por el COVID-19.

"Cada vez más, los aceites envasados tunecinos están siendo reconocidos a nivel internacional"

Cada vez más, los aceites envasados tunecinos están siendo reconocidos a nivel internacional y han ganado premios en prestigiosas competiciones, incluidas 26 medallas en la última edición del concurso de Los Ángeles, si bien todavía existe la necesidad de que los aceites tunecinos sean reconocidos por su calidad en todos los segmentos del mercado.

Visión común

Desde 2015, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Oficina Nacional del Aceite de Túnez (ONH) han llevado a cabo una plataforma de diálogo que reúne a todas las partes interesadas del sector oleícola, incluidos los representantes del Gobierno, para intercambiar información y opiniones sobre el desarrollo del sector. El objetivo ha sido elaborar una visión común basada en las aportaciones de la industria y un marco político moderno.

Una reflexión surgió de este diálogo y dio como resultado un plan estratégico y operativo con dos objetivos: mayor competitividad y reconocimiento del aceite de oliva tunecino para responder mejor a la demanda del mercado y garantizar la sostenibilidad del sector.

"El programa BERD/FAO ha demostrado que los pequeños agricultores pueden producir aceites de calidad y ser más competitivos adoptando prácticas óptimas"

La visión de mercado a largo plazo prevé que Túnez desempeñe un papel cada vez más importante en los mercados internacionales de aceite de oliva virgen extra envasado, de valor añadido y orgánico.

El trabajo en el programa BERD/FAO ha demostrado que incluso los pequeños agricultores pueden producir aceites de calidad y ser más competitivos adoptando prácticas óptimas. El próximo desafío es compartir de forma más amplía este conocimiento.

La fase actual del programa ha ayudado a los mejores chefs de Túnez a comprender y utilizar mejor la rica variedad de aceites disponibles en el país. También ha elevado el perfil del aceite de oliva tunecino en el extranjero, animando a un grupo de pequeñas y medianas empresas a ??acceder por primera vez a mercados más competitivos.

Estas acciones complementan el estudio exhaustivo para el sector del aceite de oliva tunecino, realizado por la FAO y el Gobierno del país. Este estudio, basado en un enfoque de demanda del mercado, representa un cambio para una industria que a nivel mundial ha tardado en aprovechar las nuevas oportunidades y adaptarse a los requisitos de calidad cambiantes.

Construyendo sobre una buena base

El sector se encuentra ahora en una encrucijada. Las actividades anteriormente descritas en el sector del aceite de oliva tunecino, así como la estrategia y el plan de acción del aceite de oliva, habían puesto de relieve la necesidad de apoyar a las pymes emergentes que habían apostado con éxito la calidad de sus aceites pero que aún se enfrentaban a desafíos para acceder a nuevos mercados de alto valor añadido.

Es crucial respaldar los objetivos estratégicos del sector y construir sobre el progreso realizado.

"La fase actual del programa ha ayudado a los mejores chefs de Túnez a comprender y utilizar mejor la rica variedad de aceites disponibles en el país"

Creemos que existen dos áreas clave para incentivar el crecimiento del sector y fortalecer la resiliencia. La primera de ellas es un mejor acceso a la financiación, ya que ha sido un problema de larga duración para las pymes del aceite de oliva. Los bancos son reacios a invertir tiempo y recursos para comprender mejor los riesgos sectoriales al trabajar con compañías más pequeñas, en comparación con empresas más grandes y más establecidas, además de "conocidas" por los bancos. Esto supone una barrera para el crecimiento de las pymes, así como para el acceso de los recién llegados.

La crisis del COVID-19 ha exacerbado el problema y ??el acceso a la financiación ya está restringiendo la capacidad operativa de algunas empresas de aceite de oliva, por lo que es crucial diversificar el acceso a la financiación y fomentar la inclusión financiera. El programa ha ayudado a crear oportunidades de negocio en el extranjero y podría implementarse un papel para desarrollar el factoring. Este instrumento financiero podría proporcionar a las pymes apoyo de flujo de efectivo, ayudándoles a evaluar y comercializar mejor con clientes exigentes.

La segunda de de las áreas claves es el acceso al mercado, tanto en materia de certificación de calidad y seguridad alimentaria, como de comercialización. Respecto a la certificación de inocuidad de los alimentos, el BERD y la FAO están ayudando a un grupo de pymes emergentes a obtener la certificación BRC, lo que también ha abierto debates con los principales minoristas de la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos. Los estándares globales de BRC se centran en mejorar la seguridad alimentaria y los sistemas de gestión de calidad, controles de productos y trazabilidad. Tras haber trabajado duro para implementar este enfoque exigente, las pymes están programadas para recibir la certificación de seguridad alimentaria BRC completa a finales de este año. El programa de certificación podría ampliarse para incluir a más empresas. También hay espacio para la reflexión sobre cómo desarrollar y compartir ampliamente el conocimiento y fortalecer la capacidad nacional en el futuro.

"Dos áreas claves para el crecimiento del sector es el acceso a la financiación y al mercado a través de la certificación de calidad y seguridad alimentaria"

Para el marketing, las pequeñas y medianas empresas carecen a menudo de conocimiento de los mercados extranjeros, aparte de Francia e Italia, y de los recursos financieros para invertir en campañas de promoción y marketing. Las entidades gubernamentales ofrecen ayudas para la promoción de exportaciones, pero no son efectivas. Los recursos financieros para alentar las exportaciones se retrasan significativamente, lo que reduce la efectividad de esta política. Se trata de una barrera para el desarrollo de exportaciones para compañías más pequeñas con problemas de flujo de efectivo, particularmente para aquellas que están creciendo.

Un sector más sostenible, resiliente e inclusivo

Teniendo en cuenta el potencial del sector del aceite de oliva tunecino, especialmente en la crisis del COVID-19, se requiere la colaboración entre las partes interesadas del sector, el Gobierno y las organizaciones internacionales. El cambio a largo plazo del sector de exportaciones a granel de bajo valor añadido a exportaciones de mayor calidad requiere de esfuerzos adicionales en el área de la certificación de seguridad alimentaria, que es una obligación para acceder a estos mercados de mayor valor añadido.

La FAO está respondiendo a estos nuevos desafíos al continuar trabajando en la certificación de la seguridad alimentaria, las finanzas y la logística de las pymes.

Una vez que se levanten las restricciones de movimiento, la FAO, en colaboración con UTICA, prevé celebrar dos conferencias; una sobre cómo las políticas pueden ayudar al sector a avanzar, mientras que la segunda explorará el papel de la tecnología para impulsar la competitividad, la sostenibilidad, la calidad y el reconocimiento. La FAO también continuará apoyando la capacidad de los funcionarios ministeriales y ayudará a elaborar un plan de inversión 2020-2025 en el sector del aceite de oliva.

La crisis de COVID-19 ha expuesto las vulnerabilidades en los sistemas agroalimentarios del mundo, si bien esta pausa global también ofrece oportunidades para innovar y reflexionar sobre cómo fortalecerlos.

Dada la importancia del aceite de oliva para la economía de Túnez y su excelente potencial, estamos listos para ayudar al Gobierno y a las partes interesadas a aprovechar esta oportunidad para avanzar estratégicamente en el sector, haciéndolo más sostenible, más inclusivo y más resistente a las crisis futuras.

Lisa Paglietti, economista del Servicio de África del Centro de Inversiones de la FAO

Wafaa El Khoury, jefe de Servicio de la División del Centro de Inversiones de la FAO

Philippe Ankers, representante para Túnez y coordinador de la Oficina Subregional para África del Norte de la FAO