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¿Riesgo de colapso en el sector productor de aceite de oliva la próxima campaña?

¿Riesgo de colapso en el sector productor de aceite de oliva la próxima campaña?

jueves 25 de junio de 2020, 10:46h

El estudio "El sector de procesado de alpeorujo. Posibilidad inminente de una ruptura de flujo", realizado por Juan Vilar Consultores Estratégicos, a petición de la Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo (ANEO), ha puesto de manifiesto que existe un desequilibrio entre los distintos eslabones del sector de elaboración de aceite de oliva que, con toda seguridad, provocará un colapso o ruptura de flujo durante la próxima campaña.

Una ruptura de flujo se definiría como la parada involuntaria, general o parcial, en el procesado de alpeorujo, ocasionada por la falta de capacidad de este eslabón, o al exceso de volumen de producto desalojado y experimentado en eslabones anteriores, como podría ser el sector almazarero, o de recolección de aceituna, según se detalla en este informe.

Así, señala que este riesgo de colapso o ruptura de flujo se ha ido fraguando de forma gradual durante las dos últimas décadas, en las cuales, el olivar español ha crecido en superficie y eficiencia, a la vez que se ha producido una mejora en el desarrollo de los sistemas de recolección en campo, que ha multiplicado la afluencia de fruto a las almazaras. La capacidad de molturación, de forma gradual, se ha ido adecuando a tales circunstancias, mientras que tanto el volumen de recepción, como la capacidad de procesado del ámbito de tratamiento de alpeorujo se encuentra en situación de desequilibrio.

En declaraciones a Mercacei, el consultor estratégico, Juan Vilar, explica que la expansión de la olivicultura durante las dos últimas décadas, unido a la mejora productiva de los olivares, el incremento del riego y la transformación, así como la mayor eficiencia y capacidad de los recursos destinados a la recolección, forzaron a las almazaras españolas a ser las más adecuadas y de mayor capacidad del planeta. A su juicio, esta situación no ha sido plenamente trasladada al sector de tratamiento de alpeorujo, ya que “la relación entre molturación y procesado de alpeorujo es de 4:1 aproximadamente, mientras que las balsas de recepción no cuentan con la capacidad adecuada, ya que deberían crecer del orden de un 60% en volumen”.

En concreto, el estudio destaca que resultaría razonable pensar, hipotéticamente, y en función de la capacidad global y nominal total de la olivicultura española -todo ello sometido a la prudencia que las previsiones y estimaciones exigen- que se podrían alcanzar los 9,5 millones de toneladas de aceituna y siempre que se ostenten medios humanos y materiales disponibles para su recolección, debido a la situación de incertidumbre derivada de la pandemia.

Esos hipotéticos 9,5 millones de toneladas de aceituna supondrían de forma aproximada, tras unos 4 meses de molturación, un volumen de alpeorujo que podría superar los 9,0 millones de toneladas, a lo que habría que sumar las existencias finales con las cuales se terminaría la actual campaña, que serán de aproximadamente 1 millón de toneladas. Todo ello, según precisa, haría que se dispusiese de un total de alpeorujo de alrededor de algo más de 10,0 millones de toneladas, cuando la capacidad de recepción estática máxima de las balsas es de 6,3 millones de toneladas, y la de trabajo en 10 meses de 6,7 millones de toneladas.

Por lo tanto, el estudio remarca que la capacidad productiva del sector de tratamiento de alpeorujo es “claramente insuficiente” en comparación con el resto de subsectores, lo cual se agrava debido fundamentalmente a las existencias finales previstas para esta campaña. “Todo ello, no hace más que ratificar que el riesgo de que se produzca una ruptura de flujo durante la próxima campaña gozaría de plena certeza, de darse las hipotéticas previsiones de partida”, añade.

Según los datos que recoge el informe, la capacidad estable de recolección del campo español, en función de las últimas cinco campañas, podría ser de 105.000 toneladas de aceituna diaria (130.000 nominal total), lo que traducido a semanas sería de 735.000 toneladas. En lo referente a procesado, la capacidad máxima de tratamiento de alpeorujo por semana serían de 170.000 toneladas, por lo que si dicha situación evolucionara de forma constante, teniendo en cuenta los posibles altibajos, se generaría una segura ruptura de flujo entre las semanas cuatro y seis de 2021, es decir, entre el 17 de enero y 7 de febrero, momento en que las balsas quedarían plenamente llenas.

Desde ese momento, una vez superada la capacidad de las balsas, la situación se “agravaría”, según el estudio, ya que las almazaras procesarían a un ritmo cuatro veces superior respecto al sector orujero. Además, asegura que diez días de parón supondrían unos 110 millones de euros al conjunto del sector.

Para Vilar, es necesaria una reestructuración del sector de procesado de alpeorujo adecuándolo a la capacidad desenvuelta por el campo y las almazaras. En su opinión, se han de incrementar los volúmenes de procesado, es decir, de secado y extractado de las orujeras, así como el volumen de recepción de las balsas, ya que cada orujera recepciona producto de unas 34 almazaras. “Es necesario buscar una correlación perfecta entre todos los eslabones del sector, de otro modo este riesgo seguirá presente durante los próximos años, con sus efectos medioambientales, económicos y sociales”, concluye.