Así se desprende del informe sobre perspectivas agrícolas de la Unión Europea (UE) 2020-2030 publicado por el Ejecutivo comunitario, en el que destaca que las fluctuaciones en la producción y los precios, los daños a los olivares causados por enfermedades en ciertas regiones y las diferentes estructuras agrícolas crean desafíos para su expansión.
En concreto, espera que para 2030, la producción de aceite de oliva de la UE crezca un 1,3% por año, impulsada por el aumento de los rendimientos (+ 0,5% por año); y que el área en desarrollo se mantenga estable, aunque se prevén más inversiones en sistemas intensivos y superintensivos.
El informe también apunta que la producción en España podría seguir aumentando, mientras que el crecimiento de la producción en Portugal podría ralentizarse en comparación con el fuerte incremento de los últimos años.
En el caso de Italia, el sector del aceite de oliva debería reiniciar el crecimiento, gracias a las nuevas plantaciones con mejores cultivares resistentes a las enfermedades. Sin embargo, las explotaciones agrícolas más pequeñas y la edad media más alta de los agricultores tanto en el país transalpino como en Grecia podrían limitar este crecimiento en comparación con España y Portugal, caracterizados por explotaciones más grandes y una mayor capacidad de adaptación.
A su juicio, la cooperación y el desarrollo de servicios que permitan a los pequeños agricultores beneficiarse de las economías de escala serán fundamentales.
Diferenciación de las tendencias de consumo de la UE
La preocupación por la sostenibilidad y la salud ayudarán a aumentar el consumo de aceite de oliva en la UE, con tasas de crecimiento más altas en los países comunitarios no productores.
Además, se espera que aumenten los platos preparados de calidad que utilicen aceite de oliva, manteniendo el crecimiento anual del consumo de la UE estable en +0,2% para 2030 (en comparación con -2% en 2009-2019).
Para 2030, los países no productores de la UE podrían representar el 26% del consumo comunitario (en comparación con el 20% en 2019), mientras que en los principales países productores, las preocupaciones por la sostenibilidad y la salud podrían frenar la tendencia a la baja al -0,5% anual entre 2019 y 2030, en comparación con casi el -3% en 2009-2019.
Las exportaciones se beneficiarán de una recuperación económica
El aumento de los ingresos, la popularidad de la cocina mediterránea y los precios competitivos respecto a otros aceites vegetales respaldarán, según Bruselas, las exportaciones de aceite de oliva de la UE, especialmente a China, el sudeste asiático y Rusia. Estas regiones contribuyeron con el 13% del crecimiento de las exportaciones de la UE en los últimos diez años.
Dado el ritmo esperado de recuperación económica después del COVID-19, el crecimiento podría desacelerarse en los próximos años, pero luego incrementarse para alcanzar más de 1 millón de toneladas en 2030.
Al mismo tiempo, las importaciones de la UE podrían disminuir a corto plazo y estabilizarse en el futuro a medio plazo, a medida que crece la producción de la UE. Como resultado, las exportaciones netas de los países comunitarios podrían aumentar un 5% anual para 2030.
