En Suecia, la población está acostumbrada a utilizar el aceite de colza nacional para cocinar, dado que tiene un sabor más neutro y se adapta mejor a los gustos tradicionales de la comida sueca. Según este estudio, el sueco considera a menudo que el aceite de oliva altera en gran medida el sabor de la comida y cree que, aunque este producto está bien con la comida mediterránea, no encaja del mismo modo con la gastronomía sueca convencional. Si el aceite de colza o la mantequilla son opciones preferidas para cocinar, en lo que concierne al consumo final, cabe destacar que en Suecia predomina el consumo de salsas. En la gastronomía sueca es muy popular el uso de salsas de distinto tipo, que constituyen un sustitutivo al aliño con aceite de oliva, mucho menos frecuente.
Otro rasgo distintivo del consumo es que, aunque los suecos están relativamente abiertos a las marcas internacionales, sus marcas favoritas, y las que más confianza les merecen, son las nacionales. Pese a esto, en lo referente al aceite de oliva, y dado que la demanda se satisface toda con importaciones, los consumidores suecos muestran preferencia por Italia, sus productos y, en particular, su aceite de oliva.
Los consumidores suecos muestran preferencia por Italia, sus productos y, en particular, su aceite de oliva
En 2020, el valor de las importaciones de aceite de oliva a Suecia fue de 414.617 miles de SEK (casi 40 millones de euros), siendo Italia el mayor proveedor con 5.657 toneladas exportadas, por valor de 186.974 miles de SEK (casi 18 millones de euros o el 45,09% de las importaciones totales del grupo de productos). España se sitúa en el segundo puesto en esta clasificación, con 3.320 toneladas de aceite de oliva exportado a Suecia en 2020 por valor de 108.752 miles de SEK (algo más de 10 millones de euros), lo que supuso una cuota de mercado del 26,22%, según los datos de ICEX.
El estudio señala que el mercado sueco de aceite de oliva está totalmente dominado por el aceite de oliva italiano, español y griego. En su conjunto, las exportaciones de estos tres países supusieron 356.756 miles de SEK (34 millones de euros) y un 86% de cuota de mercado en el año 2020. "Nos encontramos, así, ante un mercado muy concentrado, donde es complicado hacerse un hueco", añade.
En lo relativo a la distribución del aceite de oliva en Suecia, se realiza a través de dos grandes canales de distribución: el canal Horeca y el sector minorista. Dentro de este último, se encuentra la gran distribución y las tiendas especializadas. En este sentido, el informe resalta la gran concentración y centralización que caracteriza al sector del aceite de oliva en Suecia, así como la alta fidelidad y estrecha relación de los importadores o minoristas con los proveedores. La forma más habitual de acceso al mercado del aceite de oliva en Suecia es la exportación directa a través de un importador, o bien un gran distribuidor. "Se trata de la opción más estable, permitiendo un mayor recorrido y posibilidad de consolidación en el mercado", precisa.
La forma más habitual de acceso al mercado del aceite de oliva en Suecia es la exportación directa a través de un importador, o bien un gran distribuidor
A pesar de no existir barreras arancelarias en el comercio entre España y Suecia, sí existen una serie de factores que pueden considerarse barreras de entradas al mercado sueco del aceite de oliva. Entre otros, cabe destacar la creciente producción y consumo de aceite de colza nacional sueco (principal producto sustitutivo del aceite de oliva) frente a la falta de tradición de consumo de aceite de oliva.
Asimismo, en Suecia tradicionalmente se utiliza para cocinar la mantequilla, de la cual también cuentan con una importante producción local. Así, el estudio subraya la preferencia del consumidor sueco por el consumo de productos denominados “km 0”, es decir, aquellos de producción local o cercana al lugar de consumo, reduciendo el impacto medioambiental. Además de la reducción del impacto ambiental, esta preferencia afecta directamente a los precios, lo cual resulta relevante en tanto que el consumidor sueco se muestra también sensible al precio.
Al mismo tiempo, el precio se ve afectado por los gravámenes sobre los productos de alimentación, siendo el Impuesto sobre el Valor Añadido el principal impuesto a considerar. En Suecia se aplica al aceite de oliva una tasa reducida del 12%, la misma que se aplica a los demás productos alimenticios.
Finalmente, según el estudio, el aceite de oliva no requiere de ninguna adaptación al mercado, aunque sí debe tenerse en cuenta la regulación con respecto al packaging y etiquetado del producto, de modo que alérgenos presentes, ingredientes y contenido deberán estar especificados debidamente en la lengua oficial del país, por lo que deberán estar traducidos al sueco.
Las previsiones indican que la demanda de aceite de oliva aumentará en paralelo a los indicadores demográficos y macroeconómicos. Sin embargo, al ser una categoría relativamente madura, el crecimiento del valor se sustentará en gran medida en las tendencias de “premiumización”.
