En los últimos años se ha incrementado la oferta del sector de los aceites comestibles en República Dominicana, principalmente por el desarrollo de la industria de distribución. El tamaño de las tiendas, la diversificación de productos y servicios y el modelo de distribución han sufrido cambios significativos que sumados al crecimiento poblacional moderado pero sostenido de los últimos años, al avance de la urbanización, la promoción turística y el aumento de la renta per cápita, han provocado que la demanda del mercado dominicano de productos de la aceituna continúe creciendo pese a una tendencia de madurez cada vez más clara.
Según el estudio de ICEX, la partida del aceite de oliva ha experimentado un crecimiento entre 2015 y 2020 en su volumen de ventas del 17,6%, muy cercano a la media del sector, que se sitúa en un 19,3%. Las categorías con menor crecimiento son el aceite de girasol (-0,5%) con un crecimiento negativo, seguido del aceite de palma con un 9,4% para el mismo periodo. El crecimiento más grande se observa en la categoría de otros aceites, debido al incremento en el consumo de aceites como el aceite de coco o el aceite de aguacate.
En comparación con 2019, el aceite de oliva ha liderado con un 14,6% el crecimiento, por encima del 9,2% de la media del sector. En este sentido, la preocupación por la salud juega un rol fundamental en las tendencias de la sociedad dominicana que, especialmente en los últimos años, ha mostrado un mayor cuidado por su alimentación, demandando productos considerados más saludables.
El sector se encuentra actualmente en una etapa de madurez donde existe una extensa oferta fuertemente concentrada. Pese a ello, 2020 ha arrojado buenas cifras debido al crecimiento de la demanda durante el COVID-19, puesto que los consumidores han destinado más tiempo a estar en casa por el confinamiento, lo que llevó a un mayor tiempo dedicado a la cocina.
Respecto a las previsiones de ventas hasta 2025, según el estudio, se espera que el consumo de aceite de oliva siga aumentando frente a otros aceites como el de maíz o el de soja, incrementando ligeramente su participación en el total de aceite consumido.
El comportamiento de los consumidores dominicanos debe entenderse en un contexto de alta desigualdad en la distribución de la riqueza. Tradicionalmente, los consumidores dominicanos son sensibles a los precios y viéndose sus decisiones condicionadas por este factor y la practicidad más que por características como el gusto, el diseño o la apariencia. Sin embargo, en las últimas décadas, los requisitos de los consumidores se han vuelto cada vez más exigentes, lo que ha obligado a los distribuidores y fabricantes a ofrecer productos de mayor calidad, tendencia que se ha manifestado de forma más clara entre la clase media-alta.
Los canales de comercialización de alimentos en República Dominicana son bastante sencillos y se pueden dividir, principalmente, en tres segmentos o canales distintos: el sector mayorista o almacenes, el sector minorista o venta al detalle y el sector Horeca.
ICEX destaca que, aunque las ventas on line todavía no abarcan una cuota importante en República Dominicana, cada vez están desempeñando un papel más importante en el sector.
Recientemente, en República Dominicana, algunas cadenas de supermercados empezaron a implementar el servicio de compras on line. Asimismo, empezaron a salir al mercado aplicaciones de empresas independientes que facilitan realizar la compra de alimentos sin necesidad de ir a los establecimientos.
En cuanto a las barreras arancelarias, el Acuerdo de Asociación Económica entre la Unión Europea y República Dominicana permite que todos los productos analizados en este estudio gocen de aranceles cero cuando su origen es la Unión Europea. Por otro lado, deben considerarse las otras barreras no arancelarias, como es el registro sanitario y el de la marca o DOP.
En relación con la forma de entrada, se recomienda la búsqueda de socios locales, que dispongan de conocimiento del mercado y de una red de distribución establecida.
ICEX resalta que el mercado del aceite continuará creciendo en República Dominicana, aunque a un ritmo cada vez más moderado, lo que irá limitando las oportunidades en el sector y provocará la retirada de algunas marcas, la aparición de marcas blancas o su diversificación hacia otros productos como se empieza a observar en las estanterías de los principales supermercados.
