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Las claves para aumentar el consumo de aceite de oliva en EEUU

Las claves para aumentar el consumo de aceite de oliva en EEUU

miércoles 19 de enero de 2022, 13:44h

El mercado del aceite de oliva está preparado para un fuerte crecimiento en EEUU debido, en gran parte, a las valiosas lecciones aprendidas durante la pandemia. Durante la última década, la penetración de esta categoría en los hogares había sido plana, si bien en 2020 creció hasta el 43%, lo que supuso un aumento de alrededor del 10% respecto al año anterior.

El elevado precio del aceite de oliva en relación con otras grasas para cocinar siempre ha sido el obstáculo más importante para aumentar el consumo de este producto en EEUU. Sin embargo, en 2020 muchos consumidores superaron esta limitación al dar más importancia a los alimentos saludables. De hecho, la salud es la principal razón por la que los consumidores estadounidenses optan por el aceite de oliva.

La popularidad del aceite de oliva comenzó a crecer en EEUU con los primeros informes sobre la Dieta Mediterránea que se dieron a conocer en la década de los 80. Desde entonces, el aceite de oliva se ha convertido en el producto favorito de la investigación nutricional, con un flujo constante de información en todos los medios de comunicación. Tal y como informó The New York Times en 2016, los estadounidenses reconocen el aceite de oliva como uno de productos alimentarios más saludables.

La salud es la principal razón por la que los consumidores estadounidenses optan por el aceite de oliva

Durante la pandemia, los estadounidenses se vieron obligados a cuidar aún más su propia salud, otorgándole un mayor valor a productos saludables como el aceite de oliva. Aunque los precios se mantuvieron en los mismos niveles, los consumidores adquirieron más aceite de oliva. Mucho más.

Para incrementar aún más este consumo, la industria estadounidense necesita repetir esta fórmula y seguir transformando el concepto valor-precio a favor del aceite de oliva. Un buen comienzo sería reforzar la información acerca de sus beneficios saludables, ya que sabemos que la percepción de los consumidores estadounidenses sobre los beneficios del aceite de oliva se limita principalmente a enfermedades cardiovasculares. Al educar a los consumidores acerca de los beneficios potenciales respecto a otras enfermedades crónicas como la diabetes, el Alzheimer y el cáncer, podemos aumentar aún más el impacto del aceite de oliva en relación con otras grasas. Explicar detalladamente los micronutrientes únicos que componen los aceites de oliva (polifenoles o escualeno) supone otra virtud que sitúa a los aceites de oliva por delante del resto de aceites.

Sin embargo, además de la salud, existen otros factores clave que influyen en la percepción de los consumidores estadounidenses sobre el valor de un alimento: disfrute, conveniencia y responsabilidad social. La buena noticia es que el aceite de oliva también cumple todos estos requisitos.

Disfrute y falsos mitos

Cuando se trata de disfrutar, la riqueza y la diversidad de sabores del aceite de oliva virgen extra es muy similar a la de los grandes vinos. ¿Qué otro aceite brinda al consumidor la oportunidad de descubrir y saborear diferentes varietales de los confines del mundo con una historia milenaria detrás? El viaje abarca visitar olivares y almazaras, participar en cursos de cata y festivales, aprender sobre maridajes en diferentes restaurantes y experimentar la alegría de regalar una gran botella de AOVE. ¡El aceite de oliva es realmente divertido!

Pero los consumidores también pueden aprender a valorar el aceite de oliva por sus factores de conveniencia. Es decir, por ahora a menos que un consumidor sea un fan del AOVE, tan sólo compra la cantidad de aceite que necesita. Con su amplia gama, el aceite de oliva puede satisfacer todas las necesidades de los consumidores y convertirse en el aceite de referencia para sus despensas. Esto significa demostrar al consumidor la versatilidad de este producto en la cocina y que elimine de su mente el recurrente falso mito que circula en EEUU de que el AOVE sólo se debe emplear en crudo, no cocinar con él.

Es importante enseñar a los consumidores que el virgen extra sirve tanto para cocinar, como condimento o salsa

¿Un ingrediente que realza y aporta infinitos sabores a cada plato, reduciendo incluso la necesidad de añadir sal? ¡El aceite de oliva virgen extra es la respuesta! Por otro lado, si prefiere un sabor más suave, el aceite de oliva sigue siendo una buena opción. También es importante enseñar a los consumidores que el virgen extra sirve tanto para cocinar, como condimento o salsa. Comodidad y sencillez en una sola botella.

Finalmente, mediante la educación, los consumidores aprenderán a valorar el aceite de oliva también como la opción socialmente responsable. Cuando se trata de sostenibilidad, una vez más, podría decirse que el aceite de oliva no igual que el resto de los aceites. Solo el aceite de oliva se elabora a partir del cultivo permanente y sumidero de carbono más grande del mundo.

Además, el aceite de oliva debe entenderse como un producto más natural desde todos los puntos de vista, ya que se produce mecánicamente sin el uso de disolventes químicos. Si bien el virgen extra es el más natural, el aceite de oliva refinado está mucho menos procesado que las otras grasas de la competencia -el hecho de que el aceite de oliva refinado contenga muchas menos grasas trans que otros de la competencia, debido a un tratamiento térmico más suave, puede ser otro mensaje saludable importante-.

Una vez conocidas las características saludables, de disfrute, conveniencia y responsabilidad social del aceite de oliva, la percepción del consumidor estadounidense sobre el valor de este producto aumentará y conllevará a un mayor crecimiento de las ventas. Sin embargo, llegar a los consumidores con estos mensajes será costoso y la industria debe unirse para hacerlo. Por ello, en 2022 la NAOOA tiene intención de solicitar al Gobierno de EEUU la creación de una Junta Nacional del Aceite de Oliva, similar a las organizaciones interprofesionales de España y otros países.

Dado que solo el 43% de los hogares estadounidenses compraron aceite de oliva en 2020, el potencial alcista para el crecimiento del consumo es enorme. La financiación de una Junta Nacional del Aceite de Oliva facilitaría la educación del consumidor y permitiría a la industria mejorar la relación valor-precio que fue tan eficaz durante la pandemia. De esta manera, al aumentar el valor percibido del aceite de oliva, no hay duda de que la industria alcanzará todo su potencial.