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El autocontrol en el sector oleícola según Deoleo, Dcoop e IFFCO

El autocontrol en el sector oleícola según Deoleo, Dcoop e IFFCO

viernes 04 de febrero de 2022, 13:10h

Recientemente se daba a conocer el "Estudio de autenticidad 2020 para aceites de oliva en España", coordinado por Juan Vilar Consultores Estratégicos. Tras los resultados obtenidos en dicha investigación -cuyos fondos partieron de los grupos Deoleo, Dcoop e IFFCO-, este informe concluye que resultaría "muy positivo" establecer en España un mecanismo de autocontrol certificado con el fin de mejorar la imagen de los aceites de oliva tanto en el mercado interior como en el exterior. Al respecto, desde Mercacei hemos querido conocer qué opinan sobre este mecanismo de autocontrol los responsables de estos tres grupos oleícolas, así como el coordinador del estudio.

Para ello, les hemos preguntado:

1. ¿Por qué es necesario crear en este momento un mecanismo de autocontrol certificado del proceso de elaboración de aceite de oliva?

2. ¿Qué papel juega entonces la legislación vigente para la cadena de valor del aceite de oliva? ¿No son suficientes los controles que se realizan en la actualidad por parte de las administraciones?

3. ¿De salir adelante este mecanismo de autocontrol, quienes serían los responsables de realizar dichos controles?

Ignacio Silva
Presidente y Consejero Delegado de Deoleo

"Contar con un mecanismo de autocontrol certificado ayudaría a evitar fraudes que, aunque de forma puntual, se siguen produciendo en el sector y hay que extremar la vigilancia"

1. Desde Deoleo llevamos mucho tiempo reforzando el autocontrol con el fin de que esto revierta en mayores garantías para el consumidor. Creemos firmemente que es fundamental ir un paso más allá. Contar con un mecanismo de autocontrol certificado ayudaría a evitar fraudes que, aunque de forma puntual, se siguen produciendo en el sector y hay que extremar la vigilancia. En este sentido, la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero, en la que está representada todo el sector y de la que formamos parte, aprobó en diciembre del pasado año el impulso de una certificación privada para abarcar todo el proceso de fabricación y elaboración, más allá de la producción. Este acuerdo es especialmente significativo al tratarse de la primera vez que los principales actores de toda la cadena de valor nos ponemos de acuerdo en la necesidad de promover una etiqueta que certifique la calidad. Esto significa que vamos a establecer de forma conjunta aquellos criterios en los que se va a basar, priorizando aquellos que sean objetivos y que se basen en parámetros físico-químicos más exigentes. Es clave agregar otras tecnologías si queremos algún día sustituir los análisis mediante catas y alcanzar un entorno jurídico más seguro, no solo para las compañías del sector, sino también para los consumidores.

Buscamos analizar no solo el producto final sino también todos los procesos de producción y de refinado. Este tipo de iniciativas marcan el camino a seguir en el ámbito de la autorregulación e impactarán de forma positiva para promover un cambio en favor de la calidad del producto, proteger su reputación y en definitiva, elevar la categoría.

2. El impulso el pasado año de la nueva norma de calidad del aceite de oliva por parte del Gobierno es sin duda una noticia positiva para todo el sector y también para Deoleo, ya que siempre ha sido prioritario para nosotros revalorizar la categoría. Supone un paso relevante para modernizar el sector y para lograr que la categoría cuente con una mayor protección legal en materia de calidad así como con mayor transparencia hacia el consumidor. A pesar de nuestra lectura positiva, creemos que se puede ir más allá. En este sentido, identificamos dos áreas en las que hay margen de mejora: la trazabilidad y las mencionadas catas organolépticas. En cuanto a la trazabilidad, tenemos que ser más ambiciosos y poner en marcha herramientas que, mediante el uso de la tecnología, nos permitan ser más precisos y evitar riesgos. Al respecto, desde Deoleo mantenemos controles a lo largo de toda la cadena, con especial atención al almacenaje, el envasado, el etiquetado y la distribución. También contamos con un sistema multipunto para controlar la calidad del producto, garantizando la transparencia y la trazabilidad. Además, somos transparentes en cuanto a lo que se incorpora a nuestros productos y a la forma en que nos abastecemos. En lo que respecta a las catas, y tal y como hemos mencionado, hace décadas que tendríamos que haber avanzado hacia la definición de parámetros más objetivos.

Dicho esto, si queremos mejorar el tratamiento de este producto y llegar a valorizarlo como se merece, deberían estar involucrados todos los agentes de la cadena de valor desde campo hasta la gran distribución.

3. Por el momento, se ha producido la aprobación general del impulso de la certificación de autocontrol pero todavía hay que continuar trabajando para terminar de darle forma y definir exactamente cómo será su funcionamiento así como los distintos actores que estarán involucrados para asegurar su cumplimiento.

Antonio Luque
Presidente de Dcoop

"Todo aquel que no tenga nada que esconder y que esté haciendo bien su trabajo seguro que no pondrá pegas a la hora de sumarse a esta iniciativa"

1. Para que el sector oleícola español no solo sea líder en calidad, sino que también lo parezca. Se ha avanzado mucho en la normativa y controles, pero aún sigue habiendo sospechas sobre los aceites españoles, y eso no nos lo podemos permitir. Precisamente el estudio recoge que hay muchas muestras al límite y no podemos correr el riesgo de no cumplir la normativa. Es bueno una norma que refuerce los controles oficiales y estoy seguro de que todos los operadores que no quieran que haya sospechas sobre los aceites se adherirán gustosos, porque todos debemos jugar con las mismas cartas y los consumidores han de estar más tranquilos con lo que compran y la distribución con lo que venden.

2. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) promulgó una norma que reforzó la trazabilidad de los aceites o restringió la concurrencia de industrias (almazaras, envasadoras, refinería, orujeras…) que pueden crear sospechas sobre mezclas fraudulentas. Hemos de poner en valor el gran esfuerzo y compromiso del Ministerio con esa nueva legislación que es en la que se basa la nueva certificación. A veces, da la sensación de que no hay los suficientes medios en la Administración o solo se controla lo legalmente existente, sin ahondar en otros actores y prácticas. Este mecanismo de certificación voluntaria, auspiciado por el Patrimonio Comunal Olivarero, va a permitir dar un paso más de tal manera que cualquier operador adherido pueda recibir auditorías e inspecciones en cualquier momento. Todo aquel que no tenga nada que esconder y que esté haciendo bien su trabajo seguro que no pondrá pegas a la hora sumarse a esta iniciativa.

3. Se está trabajando en este mecanismo propio del sector a través del Patrimonio Comunal Olivarero -que representa a todo el sector: organizaciones agrarias, cooperativas, industriales, exportadores, envasadores, consejerías autonómicas de Agricultura, patronos independientes, ministerios de Agricultura, Trabajo y Comercio…- que lo pondrá a disposición de quienes deseen adherirse, que esperamos sean todos. Con ello, impulsaremos la reputación y la imagen de calidad del sector oleícola español y la certificación a través del Patrimonio.

Joaquim Martins
CEO de Grupo IFFCO

"Un sector comprometido debe autoexigirse más y ha de buscar la excelencia evitando cualquier riesgo para el usuario"

1. Es un simple acto de autorresponsabilidad para prevenir potenciales eventualidades negativas en este sentido que afecten tanto a usuarios como reputacionalmente al sector y que ocurren, pues no se trata de un riesgo inexistente.

2. La legislación vigente rige el entorno genérico del sector, no obstante, un sector comprometido debe autoexigirse más y ha de buscar la excelencia evitando cualquier riesgo para el usuario. Sucede algo parecido con el compliance -cumplimiento normativo- dentro de la gestión de las empresas, que da soporte a la legislación mercantil, pero es más autoexigente y responsable.

3. Ya se está trabajando en ello. Esta certificación de producto y proceso se llevaría cabo solo para quien así lo crea oportuno y dentro de una normativa que se está elaborando. En definitiva, será un acto voluntario cuyo objeto es ratificar la actual reputación del sector, evitando situaciones irregulares, así como sus potenciales consecuencias.

Juan Vilar
Analista oleícola internacional, consultor estratégico y director del MBA Empresas Oleícolas de la UJA

"Se trataría de un sistema de certificación voluntario, in situ y en tiempo real, que evitaría potenciales eventualidades generadoras de riesgo tanto para los consumidores como para el sector"

1. Actualmente el sector de elaboración de aceite de oliva español es un sector de referencia en el ámbito internacional, tanto en cantidad como en calidad. No es nuevo que, según la oficina antifraude de la UE, el aceite de oliva es uno de los productos agroalimentarios que más incidencias tiene en nuestro continente. Por ello, el sector ha de anticiparse a tales potenciales circunstancias autorregulándose de forma responsable, de modo preventivo y por iniciativa propia. Estas iniciativas, además de ser aplaudidas por los consumidores, resultan menos "erosivas", a todos los niveles, que las correctivas.

2. El legislador tiene el objetivo y la obligación de establecer un entorno adecuado donde las actividades se desarrollen de forma racional y segura para todos los elementos intervinientes en el proceso, evitando riesgos. Pero quienes mejor conocen un sector son los propios implicados que desempeñan su función concreta en el mismo. El acto de autorresponsabilidad siempre precede a la ley en el desempeño de las conductas ejemplares; valga el caso de Portugal con respecto a la actividad de recolección nocturna de olivar en seto. El sector portugués dejó de hacerlo, sin que existiese prohibición administrativa al respecto, un hecho ejemplar digno de destacar.

3. Se definiría de forma posterior. De hecho, ya se trabaja en un modelo que integre a todos los eslabones de la cadena, así como a instituciones publicas. Pero se trataría de un sistema de certificación voluntario, in situ y en tiempo real, que evitaría potenciales eventualidades generadoras de riesgo tanto para los consumidores como para el sector, en el ámbito económico, de calidad, de seguridad agroalimentaria y, por que no, de transparencia.