Dichos genotipos ya se han propagado y actualmente se encuentran creciendo en los invernaderos de la UCO, a la espera de que alcancen una altura entre 60-80 centímetros. Estas plantas serán enviadas esta primavera tanto a la zona cero de la Xylella fastidiosa en Scorrano, Puglia (Italia), como a dos plantaciones más, una en Lucca (Toscana), propiedad del socio del proyecto Grupo SALOV, y en la finca experimental del coordinador del proyecto BALAM Agriculture (“Finca el Valenciano”) para continuar con la evaluación agronómica.
Por su parte, Greenfield Technologies ha continuado poniendo a disposición del resto de socios información sobre el suelo, el desarrollo vegetativo y estrés hídrico de los cultivos y la climatología acontecida en las distintas fincas demostrativas y réplicas del proyecto, proporcionando información espacial y temporal valiosa para el establecimiento de las metodologías de buenas prácticas de cultivo que se están investigando para combatir la Xylella u otros patógenos.

De esta manera, la empresa ha llevado a cabo tanto vuelos de dron con cámaras multiespectrales y térmicas en las fincas que forman parte del proyecto, como el procesamiento de imágenes de satélite cada 2-3 ó 5 días, gracias a las misiones Sentinel del programa Copernicus de la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea (ESA). Estos datos elaborados seguirán siendo actualizados durante 2022 en el visor creado para el proyecto, tanto de las explotaciones de demostración cómo las réplicas. Igualmente, otro de los objetivos para el presente año será analizar la variabilidad temporal y espacial del comportamiento de los cultivos entre tratamientos y campañas.
Para finalizar, BALAM Agriculture indicó dentro de las actividades que han realizado en 2021 se encuentran la medición del potencial hídrico en la "Finca El Valenciano" para la estrategia de riego deficitario controlado, aplicación de bacterias y microorganismos y control de cubiertas vegetales. Muestreos de hoja y suelo, extracción de aceite a través de la Universidad de Sevilla y análisis de sus características por la Universidad Miguel Hernández, entre otros, han sido algunas de las tareas realizadas para el cálculo de los indicadores del proyecto y evaluación de impacto. Además, se están realizando actividades de asesoramiento a agricultores para la implantación de técnicas sostenibles en sus cultivos.