En un comunicado, esta Federación ha explicado que ha tenido lugar una rápida reacción de los operadores intermedios que decidieron reformular las recetas de sus productos con vistas a reemplazar el aceite de girasol por aceite de colza cuando fuera posible.
En el caso de los aceites de fritura, esta entidad ha señalado que se han producido sustituciones del aceite de girasol frente al aceite de palma, el aceite de soja y el aceite de colza. Dado que otros aceites pueden estar disponibles a partir de otras fuentes, a su juicio, podría tener lugar una mayor sustitución y reformulación temporal.
FEDIOL ha mostrado su compromiso con las autoridades para buscar flexibilidad, en particular para los requisitos de etiquetado de los alimentos, con el fin de adaptarse a la variación a corto plazo del origen de los aceites vegetales.
Al igual que se ha reorientado el aceite de girasol hacia la alimentación al principio de la guerra, los operadores desvían hacia usos alimentarios los volúmenes de colza originalmente destinados a ser procesados para el mercado del biodiésel. “Esto confirma el papel fundamental de los biocombustibles de origen vegetal, que funcionan como amortiguadores del mercado alimentario para cubrir la escasez de productos básicos en circunstancias excepcionales”, ha considerado esta organización.