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Olivares Vivos, el modelo agrícola que puede ayudar a recuperar al alzacola rojizo

Olivares Vivos, el modelo agrícola que puede ayudar a recuperar al alzacola rojizo

viernes 14 de octubre de 2022, 12:28h

El alzacola rojizo, declarada Ave del Año 2022 por SEO/BirdLife, es una especie ligada a los agrosistemas y ha encontrado un excelente aliado para su supervivencia en el modelo de agricultura diseñado, puesto en marcha y evaluado por Olivares Vivos. Así, en los olivares demostrativos de este proyecto se han duplicado las parejas nidificantes de esta especie. Sin embargo, el análisis de los últimos censos de alzacola rojizo revela un declive generalizado en todos los territorios que ocupa donde no se ponen en marcha medidas agroambientales como la recuperación de cubiertas vegetales y la reducción de plaguicidas.

Rubén Tarifa, investigador de la Estación de Zonas Áridas (EEZA) del CSIC y técnico de Olivares Vivos, ha asegurado que las prácticas agroambientales desarrolladas en este modelo son “positivas para el alzacola rojizo, ya que uno de los principales factores de su declive es la eliminación de las cubiertas vegetales y el uso de plaguicidas y fitosanitarios, que reducen las poblaciones de insectos, principal alimento del alzacola. Por ello, la buena gestión de la hierba del olivar, así como el uso responsable de fitosanitarios, sólo para tratamientos necesarios y muy espefícos, están incidiendo de forma muy positiva en la recuperación de las poblaciones de especies de aves, como por ejemplo el alzacola”.

En la actualidad, según ha precisado SEO/BirdLife, la principal amenaza para el alzacola rojizo es el uso abusivo de pesticidas y la realización de labores mecanizadas frecuentes, que reducen la cobertura herbácea con la consecuente desaparición de los insectos, su principal fuente de alimento. Asimismo, ha señalado que en los últimos años "se ha producido una sustitución de olivar tradicional por otras tipologías mucho más densas (intensivo o superintensivo), mucho más productivas, pero que no reúnen las condiciones para acoger la misma biodiversidad que alberga el olivar tradicional".

Finalmente, a su juicio, "la homogeneización del paisaje y la pérdida de vegetación arvense, algo también propio de la intensificación agrícola, afecta de igual manera a la habitabilidad de estos espacios por el alzacola y otras especies faunísticas, debido a la falta de alimento y refugio".

Esta especie migratoria, con invernada en el sur del Sáhara, pasa la primavera y el verano principalmente en viñedos y olivares ubicados en el valle del Guadalquivir, la parte baja del valle del Guadiana y el sureste ibérico. En el caso de los olivares, se decanta mayoritariamente por los tradicionales, que son precisamente aquellos en los que desarrolla su actividad Olivares Vivos.

Olivares Vivos: un cambio necesario

El último censo nacional de alzacola rojizo, realizado por SEO/BirdLife en 2020 en colaboración con el Grupo de Trabajo Nacional del Alzacola Rojizo y la Universidad de Alicante, muestra un gran declive en su población. El censo, dirigido por el investigador López-Iborra en 2021, proporciona una cifra de unos 17.000 alzacolas, de los cuales Andalucía acoge al 70% y Extremadura al 28%. La comparación con la estima de población realizada en 2004 por Javier Seoane, 2005, revela un declive generalizado en todas las regiones, siendo la reducción para el conjunto de España del 94,8%.

En este sentido, Francisco Javier Pulpillo, secretario de la Sociedad Ibérica para el Estudio y la Conservación de los Ecosistemas (SIECE) y coordinador del Equipo Alzacola, ha explicado que las poblaciones de alzacola rojizo que han detectado son grupos que se mantienen en la misma zona. “Todos los olivares en los que tenemos a estos grupos localizados presentan características en su gestión muy semejantes a las que promueve Olivares Vivos. Básicamente, olivares con poco o ningún uso de fitosanitarios, cubiertas vegetales con buenas poblaciones de insectos y, sobre todo, hormigas. Las hormigas no dañan al olivar, sino todo lo contrario. Recolectan semillas y crean porosidad en el suelo favoreciendo la infiltración. Y, al respecto, Olivares Vivos ha demostrado que las poblaciones de insectos se incrementan en las fincas en las que se lleva a cabo su modelo”, ha precisado.


Revirtiendo la situación del alzacola

Según SEO/BirdLife, el cambio al modelo agrícola Olivares Vivos en algunas explotaciones de olivar tradicional ya está suponiendo una transformación en la situación del alzacola, a tenor de los resultados obtenidos durante el LIFE Olivares Vivos, que se desarrolló entre 2016 y 2021 en 40 olivares de toda Andalucía y en el que se realizó el mayor estudio de la biodiversidad de este cultivo en todo el mundo. Y es que, según ha señalado, en una situación como la que se recoge en el último censo, con una población se ha desplomado en España, en las fincas demostrativas de Olivares Vivos en las que se ha evaluado la flora y la fauna y trabajado por recuperarla, se ha duplicado el número de parejas que nidificaban y se incrementó el número total de fincas que acogían a alzacolas.

De este modo, “queda patente que un cambio en el manejo agrícola, que incorpore buenas prácticas ambientales, repercute en la recuperación de biodiversidad –también de especies tan amenazadas como esta–, sin que afecte a la producción y, lo que es más importante, incluso mejorando la rentabilidad del agricultor”, ha asegurado José Eugenio Gutiérrez, coordinador de Olivares Vivos y delegado de SEO/BirdLife en Andalucía.

La organización ha subrayado que las aves, como el alzacola rojizo, son un buen indicador biológico de la calidad ambiental en los ecosistemas. De hecho, ha sido uno de los que se han utilizado para cuantificar la biodiversidad durante el proyecto y se seguirá utilizando a lo largo del proyecto LIFE Olivares Vivos+.

“El alzacola rojizo es un excelente bioindicador del buen estado del olivar. Hemos visto que hay grandes extensiones, que pueden ser de unas mil hectáreas, en donde no encontramos ningún alzacola. Sin embargo, en mitad de ese enorme territorio puede haber una pequeña finca cultivada por una persona que la cuida compaginando productividad y biodiversidad, y es ahí precisamente donde podemos encontrar cinco territorios de alzacola”, ha resaltado Francisco Javier Pulpillo.