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Un grupo de investigadores propone una clasificación como la de los hoteles para el aceite de oliva

Un grupo de investigadores propone una clasificación como la de los hoteles para el aceite de oliva

lunes 17 de septiembre de 2018, 12:17h

Un grupo de investigación de la Universidad de Jaén (UJA) ha desarrollado un modelo que trata de identificar de forma más clara los productos -con distintos niveles de calidad- y con el que pretende evitar la confusión a la hora de comprar un alimento como el aceite de oliva. Una de las soluciones que propone es clasificar los productos de forma similar a los hoteles, de forma que el número de estrellas o símbolos que posea determine su calidad.

La idea del equipo del departamento de Organización de Empresas, Marketing y Sociología de la Universidad de Jaén (UJA) que ha diseñado este sistema de clasificación de alimentos se centró en facilitar la decisión de compra del consumidor y disipar sus dudas con respecto a qué producto es mejor o cuáles son sus características. El planteamiento consiste en establecer recomendaciones generales para desarrollar protocolos eficaces. Con este método, se prueban distintas combinaciones para ver la más adecuada. Para ello, se analiza si es conveniente emplear denominaciones cortas o largas, números, colores, signos o símbolos, para definir la calidad de un producto y facilitar la decisión al adquirirlos.

El aceite de oliva es un claro ejemplo. Según el profesor de la UJA, Francisco José Torres, la palabra refinado puede llevar a equívoco, al creer que posee más propiedades o que está mejor elaborado que un virgen extra. La solución que propone pasaría por etiquetar con el símbolo de tres, dos o una aceituna (como si fueran las estrellas de un hotel), dependiendo de su categoría y disminuyendo el número de éstas cuanta menos calidad tenga el producto.

El problema, según Torres, es que la mayoría de las clasificaciones de producto actuales son erróneas o se prestan a confusión. Es el caso del aceite de oliva, que no se sabe cuál es el que tiene mayor calidad.

De este modo, desde la UJA se ha desarrollado una técnica para determinar si los sistemas de clasificación son claros y efectivos. Se llevaron a cabo varias alternativas que se expusieron a un grupo de personas. Su aplicación tendría repercusiones positivas desde el punto de vista de la salud, protección ante engaños, o en los mercados, donde se produciría una discriminación de precios en función del valor real de los productos. “Todo lo que sea eliminar confusión en el consumidor, facilitarle el aprendizaje y ayudar a eliminar y a controlar el fraude es súper útil”, subraya el profesor Torres.

En general, la investigación determinó que para parámetros de recuerdo usar colores, pocas palabras y cortas se muestra más efectivo, mientras que para el reconocimiento se evidencia más eficiente utilizar imágenes que evocan el producto, más texto y largo.

El modelo permite realizar orientaciones generales para buscar un sistema universal. Los resultados del estudio aparecen en el artículo “In search of a consumer-focused food classification system. An experimental heuristic approach to differentiate degrees of quality”, publicado en la revista Food Research International.