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¿Saben los consumidores italianos almacenar el AOVE?

¿Saben los consumidores italianos almacenar el AOVE?

jueves 29 de abril de 2021, 13:00h

Según algunos estudios sobre el consumo en época de COVID, el alimento simbólico de la Dieta Mediterránea forma parte de esa "cesta" de productos que, en una pandemia, no pueden faltar en la despensa. Pero, ¿cuántos consumidores conocen realmente las reglas para el correcto almacenamiento del aceite de oliva virgen extra en aras de preservar su calidad? Ese es el llamamiento realizado por la Asociación Italiana de la Industria del Aceite de Oliva (Assitol), que desde hace tiempo promueve el conocimiento del AOVE entre los consumidores.

La entidad italiana ha asegurado que tanto los datos del Instituto de Servicio para el Mercado Agrícola Alimentario (Ismea) como los de la consultora Nielsen constatan el efecto de “despensa” derivado del COVID, que también afectó al aceite de oliva. Así, en 2020, según Assitol, la compra media anual de AOVE aumentó un 9%, lo que equivale a unos 11,5 litros por año de consumo.

“Los italianos se han redescubierto como cocineros y están comprando mayores cantidades de aceite. Sin embargo, a menudo no saben cómo almacenarlo en la despensa de casa. Al fin y al cabo, el almacenamiento adecuado es una cadena, que forma parte de la empresa y termina con el uso en los hogares. Todos los actores de este flujo continuo, desde la almazara hasta el consumidor, deben seguir las reglas adecuadas y mantener intacto este preciado alimento", ha considerado Andrea Carrassi, director general de la asociación.

Assitol ha subrayado que la calidad es un camino que involucra a toda la cadena de suministro y se compone de varios pasos siguiendo el trabajo de las empresas oleícolas, por lo que “si tan solo uno de estos pasos interrumpe la secuencia virtuosa, el riesgo supone dañar el aceite de manera irreparable”.

Según ha explicado, las reglas a seguir, en todas las diferentes fases del proceso, son similares. El aceite de oliva virgen extra debe protegerse de la luz y el calor, que provocan oxidación; debe colocarse alejado de los olores impregnantes; y no debe sufrir golpes de aire ni cambios de temperatura. “Aparentemente, parece simple implementar estos pasos. En realidad, implican competencia y una gran atención, tanto en la fase de transporte como en la fase de almacenamiento y distribución”, ha señalado Carrassi.

No obstante, según la asociación italiana, la pandemia ha dificultado estos procedimientos. El continuo "stop and go" de cierres y aperturas no ha favorecido la fluidez del transporte ni siquiera para el virgen extra, aumentando al mismo tiempo las dificultades de almacenamiento y el peligro de continuar la cadena, como por ejemplo dejar un palet de botellas al sol, debido a retrasos acumulados de las entregas, lo que puede alterar significativamente las propiedades organolépticas del AOVE.

“Desde el transporte hasta el lineal en la tienda o el restaurante, el almacenamiento adecuado requiere mantener el producto lejos de fuentes de calor, luces y olores fuertes. Incluso en la despensa de casa, estas reglas deben respetarse con precaución. Olvidarse de tapar con cuidado la botella después de su uso o colocar el aceite de oliva virgen extra cerca de fuentes de calor, son solo algunos de los errores más comunes que se cometen y que dañan nuestro oro verde”, ha destacado.

“Todos somos responsables de la calidad del aceite de oliva virgen extra porque todos estamos llamados a garantizar su integridad, aunque el consumidor también debe hacer su parte”, ha asegurado Carrassi.

Por ello, Assitol ha recordado que, junto con la Unión Nacional de Consumidores, han impulsado la guía "Aceite de oliva virgen extra: un tesoro para conservar", un manual que ayuda a los consumidores a salvaguardar las cualidades del aceite de oliva a través de una serie de reglas que deben respetarse en los hogares, restaurantes y tiendas o supermercados.