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Anierac y Asoliva contra el actual sistema de catalogación comercial de aceite de oliva

Anierac y Asoliva contra el actual sistema de catalogación comercial de aceite de oliva

martes 14 de septiembre de 2021, 13:31h

La Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) y la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (Asoliva) han publicado el informe "Los falsos mitos sobre el aceite de oliva virgen español", en el que aseguran que el aceite de oliva virgen español necesita mejores sistemas de catalogación y valoración que los vigentes o, al menos, otros que los complementen. Además, reclaman medidas suplementarias como una cata oficial previa a su envasado cuyos resultados tengan una vigencia legal de un año. De esta manera, ambas asociaciones han asegurado que "se añadirían garantías a los consumidores y, a la vez, reduciría la inseguridad jurídica y la incertidumbre que conlleva un proceso tan subjetivo como el del análisis organoléptico".

El documento pone de relieve que "falsos mitos, fomentados por un método de categorización intrínsecamente subjetivo y estudios periódicos desmesurados, enturbian la imagen de uno de los emblemas de Marca España". El primero de ellos, según señala, "es el de la falsa creencia de que en los lineales de los supermercados se encuentra en ocasiones aceite de oliva falso". “No existe fraude -afirma-, sino discrepancias de valoración subjetiva entre distintos paneles, aun siendo todos oficiales”. En este sentido, apunta que resulta esencial que “la catalogación del aceite de oliva (virgen o virgen extra) se efectúe teniendo en cuenta conjuntamente todas las pruebas realizadas, las organolépticas y las fisicoquímicas”.

Estas últimas, que se realizan con equipos de alta precisión, “confirman continuamente que nuestros aceites de oliva son auténticos y genuinos, no se mezclan con otros de inferior calidad y, consecuentemente, cumplen al cien por cien los requerimientos de pureza y calidad que exige la normativa europea vigente”, añade.

También señala que "está extendida, sin ninguna base real, la idea de que los paneles de cata son infalibles. Sin embargo, reiterados estudios e investigaciones ponen en evidencia que son habituales los casos en los que una misma muestra presenta diferencias en la clasificación, en función del panel de cata que la valore”. Hasta el punto de que “una misma muestra catada por el mismo panel oficial, pero en momentos distintos, puede ser clasificada de forma desigual”.

A su juicio, "otra creencia falaz es la de que no hay alternativas al panel de cata”. Al resepcto, estas asociaciones han asegurado que se está avanzado en metodologías científicas objetivas que "acaben con estas incertidumbres o, cuanto menos, las palíen". Estas propuestas, según han precisado, están orientadas a complementar y elevar el nivel técnico y la objetividad de los sistemas de clasificación de las categorías del aceite comercializado –y sobre todo del AOVE–. "Pero mientras, el sector unánimemente demanda a las administraciones una aplicación que ofrezca garantía jurídica a los operadores como sería el del sometimiento a los aceites de oliva vírgenes a una cata previa antes de su envasado y comercialización y que, en caso de ser apta, tenga una validez de 12 meses".

De esta manera, han considerado que se obtendría "una garantía más sólida al consumidor que dispondría de aceites con procedencia de lotes catados por paneles oficiales en la distribución y una mayor seguridad jurídica a los operadores de la cadena de suministro pues gracias a la trazabilidad y cata previa podrían garantizar las buenas prácticas y calidad de los aceites a la hora de ser envasados".

Examen de cata

El documento afirma que el aceite de oliva virgen “es uno de los productos alimentarios más regulados y controlados en el ámbito de la Unión Europea, como refuerza el hecho de que sea el único alimento del mundo en su categoría que está sometido a un procedimiento jurídico obligatorio adicional como el examen organoléptico, más conocido por el término cata, para clasificar sus diferentes escalas comerciales”. Estas se conceden, según añade, "en base a un procedimiento subjetivo, pues depende de la destreza y gustos de los catadores, un mínimo de ocho en cada panel, que determina su olor y sabor”.

“Esas desavenencias –indica el estudio de Anierac y Asoliva- por muy exiguas que sean no son baladíes, ya que las administraciones las sancionan económicamente. Una incertidumbre generalizada que se agrava en España dado que las competencias en esta materia las ostentan las Comunidades Autónomas. Estas diferencias se dan, por tanto, desde la calificación de la infracción hasta el régimen de sanciones aplicable”. "A estos inconvenientes se añade el deterioro de la imagen del producto y el aumento de la desconfianza entre los consumidores”, subraya, al tiempo que afirma que "los criterios de cata se diseñan en los despachos pensando más en los técnicos que en el público objetivo”.

Propuesta del sector

Por ello, han propuesto a la Administración que se permita al operador que lo introduce en los canales de venta contar con un aval en su responsabilidad mediante “una cata oficial realizada al producto antes de su envasado, cuyos resultados deberían tener una vigencia legal de un año”. Durante este plazo de tiempo, según han indicado, “se practicarían controles periódicos para verificar la autenticidad del producto distribuido: que el aceite en el mercado sea el mismo que en su día se analizó”. En su opinión, "así se mejoraría más, si cabe, la calidad al tiempo que se reforzaría la seguridad jurídica". “Sería una solución temporal porque esta como cualquier otra cata adolecería de los mismos defectos", concluye.