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Bolivia, un mercado atractivo para los exportadores de aceite de oliva

Bolivia, un mercado atractivo para los exportadores de aceite de oliva

lunes 20 de diciembre de 2021, 13:29h

Bolivia es un destino atractivo para los exportadores de aceite de oliva, ya que se presenta como un mercado en crecimiento, donde el producto español está muy bien visto por los consumidores y en el que los usuarios aún desconocen gran parte de las propiedades del producto, según un estudio de ICEX España Exportación e Inversiones.

Bolivia, al no ser productor de aceite de oliva, depende totalmente de las importaciones para su consumo. España es la líder indiscutible del sector, representando, desde el año 2012 hasta la actualidad (2020), más del 50% de la cuota de mercado. Según este informe, el consumo en el país va aumentando año a año lo que augura previsiones de futuro positivas para el aceite español.

Todo el aceite de oliva que Bolivia importa tiene como objetivo el consumo interno, ya que no hay parte de esta mercancía que se utilice para la re-exportación.

Según este informe, el nivel socioeconómico predominante en Bolivia es el calificado como D2, que se caracteriza por ser el segundo segmento con peor calidad de vida y bienestar, carece prácticamente de todos los servicios y bienes satisfactores y generalmente, suelen ser trabajadores por cuenta propia y asalariados no profesionales. Esto hace que la mayoría de los consumidores en el país no tengan un fácil acceso al producto, ya que está percibido como un producto gourmet. Las principales áreas de consumo de aceite de oliva en Bolivia son los núcleos urbanos: Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.

Asimismo, el aceite de oliva se califica como un producto de alta calidad. Está sujeto a gravamen arancelario del 10% y soporta el 14,94% de IVA. Además se enfrenta a numerosas barreras no arancelarias que existen en Bolivia y que los exportadores deberán considerar tales como altos costes de transporte (marítimo y terrestre), tiempo para la recepción del pedido, alta burocratización del sistema de pago de impuestos, retiro de mercancías en aduana y controles sanitarios del producto por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG).

El aceite de oliva con producción española es el que se considera de gama alta

Los principales competidores del aceite de oliva español son los aceites producidos en Argentina, Portugal e Italia. En los últimos cinco años ha sido la industria argentina la que ha seguido muy de cerca el potencial español llegando a representar alrededor del 40% de la cuota de mercado.

El aceite de oliva con producción española es el que se considera de gama alta y está orientado a un grupo de consumidores con un poder adquisitivo mayor, segmento reducido en Bolivia. Por ello, aceites producidos en Argentina y Chile, por ejemplo, son clasificados como de gama media, lo que supone que un segmento más amplio de la población pueda acceder a ellos con menos dificultad. Esto provoca que no haya una competencia directa entre los aceites producidos en España y los producidos en Argentina o Chile, ya que atienden, en principio, a segmentos diferentes de la población.

El factor que determina al consumidor boliviano a decantarse por un aceite u otro es el precio, ya que, por lo general, no aprecia la diferencia de calidad y todavía desconocen otros posibles usos del producto que podrían llevar a tomar una decisión de compra no solo basada en el precio.

La sociedad boliviana tiene cada vez más presente los condicionantes saludables a la hora de consumir un producto, y la importancia de la dieta. Por ello, el aceite de oliva es un producto clave para llevar una dieta saludable y esto tiene una relación directa con su consumo.

Proyecto de producción local

La presencia que ha ido tomando el aceite de oliva en la sociedad boliviana ha llevado a crear un proyecto de producción local para el año 2028. El proyecto “Bolivia: olivos en el desierto” -puesto en marcha desde el año 2008 por el Instituto de Desarrollo Popular (INDEPO)- se realizaría en Pasorapa y tiene como objetivo el cultivo de unos 2.500 olivos para garantizar el futuro de los niños de entre seis y doce años que viven en dicho municipio. Se trata de un lugar que permite el cultivo efectivo del olivo y por lo tanto de la producción de aceite, y se convertiría en el primer productor de aceite de oliva del país, lo que supondrá un paso importante en la mejora de la alimentación de Bolivia, ya que la intención es que el aceite sea de una calidad considerable y con un precio muy accesible al consumidor. Según ICEX, aunque no tendría una presencia significativa en el mercado, lejos de ser una amenaza para el aceite español, el cual se situaría en un segmento mucho más alto que el aceite boliviano, puede suponer una oportunidad para que el consumo de este producto se arraigue en la sociedad boliviana.