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México, un mercado en crecimiento para el aceite de oliva

México, un mercado en crecimiento para el aceite de oliva

lunes 18 de octubre de 2021, 13:30h

El del aceite de oliva en México es un mercado en crecimiento donde la producción local es prácticamente inexistente y las importaciones cubren el total del consumo de este producto. España es el principal proveedor de aceite de oliva en el país azteca, con una cuota del 86,41% de las importaciones en valor y un 87,83% en volumen en el año 2020, según destaca un estudio de ICEX España Exportación e Inversiones.

Además de las grandes marcas de aceite de oliva español, se constata un manifiesto interés por parte de los importadores-distribuidores mexicanos en abrir su oferta a marcas nuevas de aceite de oliva, dirigidas a nichos específicos -tiendas gourmet, restaurantes de gama alta-, lo que puede llegar a suponer oportunidades interesantes para las empresas españolas que quieran posicionar su producto en México, aunque, a su juicio, no suelen suponer volúmenes de producto significativos.

El consumo de aceite de oliva en México es todavía muy reducido, principalmente porque no existe una cultura del aceite de oliva, como puede haber en los países de la Unión Europea, especialmente los más afines a la Dieta Mediterránea, y porque la percepción de este en el mercado mexicano es de un producto caro.

En el periodo 2016-2020, las ventas de todo tipo de aceites crecieron un 11,73 % en volumen y 34,94% en valor, alcanzando unas ventas por valor de 33.262,5 millones de pesos mexicanos en 2020. Para el aceite de oliva en concreto, crecieron un 7,96% en volumen y 34,22 % en valor, con unas ventas en 2020 por valor de 2.523 millones de pesos mexicanos. Estos resultados se dan gracias al mayor conocimiento por parte de la población mexicana de sus usos, propiedades y beneficios para la salud y la gran popularidad y aumento de los restaurantes de comida mediterránea (española, italiana, griega, francesa) e internacional.

Una buena cocina gourmet y una dieta saludable están propiciando el inicio de una cultura del aceite de oliva en México

El aceite de oliva español tiene un competidor claro, los aceites vegetales (maíz, soja, girasol), que son los principales aceites de consumo de la dieta mexicana, y con precios sustancialmente menores a los del aceite de oliva. Según ICEX, hay que tener en cuenta que se trata de un mercado muy sensible al precio, por lo que cambios en él, implican grandes variaciones en la compra de un tipo de aceite u otro.

En México, la importación de aceite de oliva suele realizarse a través de importador-distribuidor que comercializa el producto en todos los nichos (grandes superficies, tiendas gourmet y canal Horeca), o bien a través de la gran superficie, que considera atractivo importar el aceite de oliva (generalmente, con marca propia) por la rotación que puede llegar a tener el producto. Esta rotación, según ICEX, se consigue no solo por la compra por parte del consumidor final, sino porque muchos restaurantes y hoteles acuden a las grandes superficies para realizar la compra del aceite de oliva (en formatos de mayor volumen y generalmente marca blanca, pues el precio es el factor decisivo a la hora de comprar en este canal).

El principal cliente final de este producto es un segmento poblacional específico de renta media-alta, entre la que se encuentra la población española o de ascendencia española que vive en México.

Asimismo, la imagen que tienen los productos españoles en este mercado y los productos del sector agroalimentario en particular se caracteriza por la alta calidad y el reconocimiento por parte del consumidor. Por ello, el aceite de oliva español en México está introducido en todos los canales de distribución alimentaria y goza de gran reconocimiento y de gran prestigio entre los consumidores mexicanos, lo que ayuda de manera muy significativa a la entrada de nuevas marcas españolas.

Según este organismo, aunque no se sabe hasta qué punto ha perjudicado la pandemia al mercado del aceite de oliva, lo cierto es que este ha experimentado un aumento tanto en ventas como en volumen, siguiendo así con la tendencia creciente que marcaba durante los últimos años. No obstante, lo que sí es palpable, es que la irrupción del COVID-19 en el país ha cambiado la forma de consumo del producto durante el año 2020. Las restricciones para el canal Horeca basadas en cierres de locales al público y limitaciones de horarios, así como la bajada del turismo vacacional han provocado que este canal haya perdido peso.

Por otro lado, el aumento de la población que ha pasado a cocinar en el hogar y la preocupación por una dieta más saludable ha favorecido la incorporación del aceite de oliva como producto en la cesta de los mexicanos. Los canales que han salido beneficiados han sido tanto las grandes cadenas de supermercados como el e-commerce, el cual se ha posicionado como un canal en expansión a tener en cuenta.

El incremento en el interés de los mexicanos por la buena cocina gourmet y por seguir dietas saludables (donde el aceite de oliva es un elemento fundamental), está propiciando el inicio de una cultura del aceite de oliva en México.