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El éxito del aceite de oliva en el mercado vietnamita

El éxito del aceite de oliva en el mercado vietnamita

lunes 20 de julio de 2020, 11:43h

Vietnam ha experimentado en los últimos años un fuerte desarrollo económico y social. Su renta per cápita se ha multiplicado por cuatro en la última década, lo que ha dado lugar a una nueva estructura social, con una creciente clase alta y media. Además, su población joven -el 70% tiene menos de 35 años- es la que determina los patrones de consumo. En el terreno de la alimentación, estos cambios han otorgado un mayor protagonismo a productos más selectos como el aceite de oliva, que se encuentra muy asentado en el mercado nacional. Los consumidores lo valoran porque conocen sus beneficios saludables, otorgándole incluso -en muchas ocasiones- un uso casi medicinal, según un estudio de ICEX España Exportación e Inversiones.

Este informe señala que la mayor parte del aceite de oliva es importado de España o Italia, ya que no hay producción local. Aun así, no es raro encontrar marcas vietnamitas vendiendo aceite de oliva de diversos tipos. Normalmente, lo compran a granel en Europa y lo embotellan en Vietnam.

En los últimos años, las ventas de aceite de oliva han crecido a tasas del 10 al 12%. Sin embargo, sólo representan un 1% de las ventas totales de aceites y grasas. De todos los aceites de oliva, el aceite de orujo es el que está ganando mayor protagonismo e intenta competir con los aceites de oliva vírgenes y vírgenes extra posicionándose con precios bajos. En los supermercados, la mayor parte de ellos provienen de Italia.

El aceite de oliva tiene múltiples usos por parte de los consumidores vietnamitas: refuerzo alimenticio y lo incluyen en su cocina y en el mundo de la cosmética

Por otro lado, los aceites de oliva vírgenes y vírgenes extra buscan posicionarse como productos de calidad e intentan ocupar las estanterías más altas de los supermercados para resultar más visibles. En este caso, también se ha notado una mayor presencia en los establecimientos de aceites de origen italiano.

Los productos de mayor estatus, como el aceite de oliva, se venden sobre todo en las grandes ciudades, donde se encuentran la mayoría de los canales de distribución moderna y la población tiene mayor renta media.

Sus principales consumidores son mujeres trabajadoras, de entre 22 y 40 años de edad. Estas mujeres son las que toman las decisiones acerca de qué alimentos e ingredientes se compran en sus hogares, según el estudio.

Una de las razones del éxito de este producto son los múltiples usos que le dan los vietnamitas al aceite de oliva. La mayoría de los consumidores lo toman como refuerzo alimenticio, pues le otorgan un gran valor medicinal. Otros pocos lo incluyen en su cocina, como una salsa más. Y, por último, en el mundo de la cosmética, se reconoce como un producto destinado a la creación de mascarillas faciales o capilares.

En las grandes ciudades hay gran disponibilidad de aceites de oliva en supermercados y diversos canales de distribución moderna. También puede encontrarse en puntos de venta on line, aunque estas ventas todavía suponen un 0,1% del total.

El precio, el envase y el etiquetado son aspectos que se deben tener muy en cuenta a la hora de entrar en este mercado

Los consumidores vietnamitas reconocen el aceite de oliva como un producto europeo y lo asocian a producto de calidad. A pesar del duopolio de España e Italia, el aceite italiano se encuentra más asentado en los supermercados. En el caso del canal Horeca de gama media-alta, los comercios conocen las diferencias entre los aceites italianos y españoles y eligen según sus preferencias, aunque por lo general, reconocen el aceite español como el de mayor calidad.

Uno de los grandes desafíos de este mercado, según ICEX, es la distribución. Las infraestructuras de transporte son precarias y el coste de los almacenes es muy elevado.

En el mercado de los bienes de consumo, el canal tradicional todavía representa el 90 % de las ventas totales. Sin embargo, el aceite de oliva, debido a su elevado precio, se distribuye normalmente en canales de venta más modernos. Debido a esto y a lo difícil que es acceder a una amplia red de distribución, la mayoría de las ventas de aceite de oliva se concentran en algunos puntos de venta en Ho Chi Minh y Hanói.

El precio, el envase y el etiquetado son aspectos que se deben tener muy en cuenta a la hora de entrar en este mercado. Además, la oferta de aceites de oliva, junto con la de otro tipo de productos como conservas, salsas y otros productos de larga conservación, resulta más atractiva para los importadores.

Se espera que hasta 2024 sea el aceite que más crezca de todo el mercado

También, es importante tener en cuenta que el mercado vietnamita es indiferente a las notas de cata y a elementos como los procesos de producción. Según el estudio, la marca “España” y “virgen” son los máximos grados de calidad que el aceite puede tener y es por ellos por los que se acepta pagar un precio mayor.

Las barreras arancelarias en este mercado son casi inexistentes, sobre todo, después de que Vietnam y la Unión Europea firmasen el Tratado de Libre Comercio. En la actualidad (junio de 2020), el arancel medio del aceite de oliva es del 3,75 % y en los próximos años seguirá disminuyendo hasta desaparecer.

Pese a las barreras, el aceite de oliva es un producto bien posicionado en el mercado vietnamita y con grandes perspectivas de crecimiento. Se espera que de 2019 a 2024 sea el aceite que más crezca de todo el mercado. En general, es una sociedad que valora la comida saludable y, por ello, los vietnamitas están dispuestos a hacer esfuerzos económicos para consumir productos que les reporten buenas propiedades nutricionales, como las del aceite de oliva.

A medio-largo plazo, con el desarrollo de los canales de distribución y la mejora del poder adquisitivo de toda la población, este tipo de productos lograrán llegar a otros segmentos de la población y eso traerá nuevas oportunidades para los exportadores españoles.