El trabajo premiado lleva por título "Transposon Activation is a Major Driver in the Genome Evolution of Cultivated Olive Trees (Olea europaea L.)" y tiene como responsables a Francisco Luque Vázquez, catedrático de Genética de la Universidad de Jaén y director del estudio; Jaime Jiménez Ruiz, postdoctoral de la Universidad de Jaén; Jorge Antolín Ramírez Tejero, investigador en Genética; y Aureliano Bombarely, profesor asociado del Departamento de Biociencia de la Universidad de Milán (Italia).
En esta edición, el jurado del premio -presidido por el rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez Ortega, y constituido por dos comisiones independientes conformadas desde la UJA y la Universidad de California en Davis- valoró un total de siete trabajos presentados.
Cada comisión evaluó los trabajos de forma autónoma, de acuerdo a los criterios de originalidad del trabajo, apropiadas técnicas experimentales, cobertura adecuada/correcta citación de fuentes, análisis de resultados e importancia de los resultados obtenidos, asignándose a cada trabajo por parte de cada comisión una valoración numérica de 0 a 100 puntos. Con posterioridad, se realizó la media aritmética de ambas valoraciones.
El Premio Internacional Castillo de Canena de Investigación Oleícola "Luis Vañó" tiene como objetivo fomentar y estimular el conocimiento científico y tecnológico, en el ámbito de la investigación sobre olivar y aceites de oliva. Esta iniciativa, que comenzó en 2011, se enmarca dentro de las distintas actividades que lleva a cabo la empresa Castillo de Canena en el campo de la Responsabilidad Social Corporativa.
Estudio premiado
En el trabajo premiado se pone de relieve que se ha encontrado una gran variabilidad genética en el olivo cultivado, como consecuencia de una importante activación de los TEs (elementos transponibles) durante el proceso de domesticación (propagación de los genotipos mejor cultivados).
Adicionalmente, se han analizado muestras de ADN antiguo obtenidas de huesos de aceituna carbonizados, procedentes de cuatro excavaciones arqueológicas que se remontan a la época del Imperio Romano. El estudio de este ADN ha revelado que en ese período, los cultivares de olivo presentes en Andalucía probablemente procedían de la ruta norte del Mediterráneo, traídos por los romanos, debido a su parecido genético con los olivos de la zona de Italia y Grecia, y especialmente del levante español.
Sin embargo, en la actualidad en Andalucía, la mayoría de cultivares están emparentados con olivos de la zona de Siria y, probablemente, proceden de la ruta sur del Mediterráneo y fueron traídos por los Árabes.