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Balance de campaña: ¿Cómo se ha desarrollado la cosecha en los principales países productores?

Balance de campaña: ¿Cómo se ha desarrollado la cosecha en los principales países productores?

martes 01 de febrero de 2022, 13:15h

Consultores y expertos internacionales del sector del aceite de oliva abordan en este artículo cómo se está desarrollando la campaña de producción 2021/22 en algunos de los principales países productores.

Italia

El escritor, periodista, oleólogo y director de Olio Officina, Luigi Caricato, destaca que la evolución en Italia ha sido buena en general, si bien este optimismo no ha sido compatible en todas las regiones. “Si el Sur puede considerarse satisfecho, en particular Puglia, el Centro-Norte, por otro lado, registró una disminución en la producción, debido a una climatología desfavorable, con heladas y sequía”, precisa.

En concreto, Puglia, que suele producir entre el 40% y el 60% de la producción nacional, “puede alegrarse porque las zonas del norte de Bari y Foggia -al norte de la región- han tenido un año fuerte. Una buena producción, a pesar del inevitable colapso permanente de Salento, al sur de Puglia, debido a la Xylella fastidiosa que ha diezmado millones de olivos”.

En cualquier caso, según Caricato, y aún con una respuesta general positiva respecto a las previsiones de verano, que destacaban más de 300.000 toneladas de aceite, se contempla no obstante una reducción de las expectativas, también por los bajos rendimientos.

A su juicio, el aspecto negativo y más preocupante radica en el incremento de los costes de producción, debido al “exagerado” aumento de los costes energéticos y del precio del petróleo que hoy se mantienen estables.

España

En el caso de España, según el consultor estratégico, analista oleícola internacional y profesor de la Universidad de Jaén (UJA) Juan Vilar, la campaña actual es muy similar a la anterior en volumen, aunque con ciertos matices. En concreto, los rendimientos han sido superiores rondando valores entre 1,5 y 2 puntos porcentuales y se ha producido una anticipación generalizada de la campaña, que se ha visto reforzada por la mejora tecnológica en la recolección y las escasas precipitaciones que no han interrumpido el proceso. Asimismo, según Vilar, se ha registrado una tendencia de precios sólida, estable y constante que, salvo que se produzcan cambios climatológicos, se mantendrán al menos unos meses más.

En su opinión, tras trasladarse dicha solidez de precios al lineal, se ha generado una caída del consumo que supera el 10% desde la campaña pasada y que, de seguir las actuales cotizaciones, podría agravarse en el tiempo.

Desde la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), José María Penco señala la campaña está evolucionando como se esperaba y en cantidad la cosecha será muy parecida al año pasado, pero se está adelantando sensiblemente la curva de producción. Según explica, los altos datos de producción de los primeros meses podrían indicar una mayor cosecha, pero no será así, ya que la razón de estas producciones es el adelanto de la recolección. “Ahora, de enero en adelante, las producciones en los distintos territorios serán menores que otras campañas, lo que confirmará que la campaña se ha adelantado. Esto se ha debido a los rendimientos superiores, al grado de maduración y a la alta calidad que han animado a los agricultores a recolectar antes. Una tendencia ya imparable en España”, ha añadido.

Penco destaca que el mercado ya da por hecho el dato de la producción de esta campaña -entre 1,3 y 1,4 millones de toneladas- y por tanto ya está pensando en que ocurrirá en la campaña 2022/23. “El enlace será ajustado y la previsión de la próxima campaña será la clave para la evolución de los precios. La sequía, especialmente en Andalucía, se confirma con bajas precipitaciones que hacen temer la próxima cosecha, por lo que si continua sin llover las expectativas cada vez serán inferiores y por tanto la oferta cada vez estará más firme”, precisa.

En cuanto a las salidas mensuales, indica que han disminuido algo “puesto que las disponibilidad futura es más baja y por tanto la oferta será más limitada que otras campañas”.

La calidad en general, según resalta, es muy buena en España, que contará con un porcentaje de virgen extra mayor que la media de las anteriores campañas. “Ante esto debemos seguir trabajando y aprovechar esta circunstancia para que el consumidor incremente el porcentaje de consumo de virgen extra frente al resto de las categorías, porque en el extra está el futuro”, remarca.

Grecia

En cuanto a la situación en Grecia, el bróker especializado en el mercado griego Luigino Mazzei asegura que la campaña en el país heleno está prácticamente cerrada, tras registrarse un gran retraso en la recolección debido a las frecuentes e intensas lluvias desde finales de noviembre hasta la actualidad y la escasez de mano de obra para la recolección.

En el balance final, se estima que la producción total puede rondar entre las 170.000 y 180.000 toneladas (algo menos de lo previsto), con una calidad media buena, aunque inferior a la del año pasado.

Mazzei destaca el importante descenso de la producción en Creta, donde se ha registrado una caída de la mitad de la producción respecto a la campaña anterior.

A su vez, desde el inicio de la campaña, Italia, que representa el primer cliente importador de Grecia, ha estado casi ausente en el mercado debido a los precios locales muy altos en comparación con el mercado oleícola 100% italiano.

En definitiva, la producción será ligeramente inferior a las previsiones y por tanto una menor disponibilidad de aceite destinado a la exportación a granel para Italia, que en total Mazzei estima en unas 40.000 toneladas.

Túnez

El agente comercial y bróker italiano Adriano Caramia afirma que la producción de aceite de oliva en Túnez fue estimada por el Ministerio de Agricultura del país a principios de campaña en unas 240.000 toneladas. En la actualidad, sin embargo, la mayoría de los operadores están de acuerdo en que esta cantidad es excesiva y se alcanzará probablemente una cosecha de alrededor de 180.000-200.000 toneladas.

Según Caramia, las primeras calidades obtenidas fueron insatisfactorias tanto desde el punto de vista organoléptico como analítico. Con el tiempo, la situación ha mejorado significativamente y los aceites han alcanzado un buen nivel de calidad. A grandes rasgos, dos tercios de la producción será virgen extra y el resto estará repartido entre virgen y lampante.

A falta de cifras oficiales, a finales de enero la exportación total de la campaña debería rondar las 40.000 toneladas.

A finales de enero, la cosecha está completada en un 90%, con las áreas de Sahel y Sfax todavía trabajando; y se espera que el consumo interno se sitúe entre 35.000 y 40.000 toneladas anuales.

“Los stocks al final del año no eran muy significativos y la disponibilidad total de aceites, neta del mercado interno, debería ser apenas suficiente para cubrir las exportaciones. Obviamente, todo debe ser reconsiderado a la luz de las tendencias de consumo mundial”, añade.

En cuanto a los precios, detalla que son elevados a día de hoy y los aceites de oliva vírgenes extra convencionales se sitúan en 3,35 euros, los lampantes en 2,80 euros y los AOVEs ecológicos rondan los 3,50 euros.

Marruecos

En cuanto a Marruecos, Noureddine Ouazzani, director de Agro-pôle Olivier, explica que las previsiones iniciales de los operadores del sector olivarero para la campaña 2021/22 reportaban una producción superior al 30% respecto a la temporada anterior. Así, las previsiones se situaban alrededor de las 160.000 toneladas, si bien la sequía de los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre ha provocado un gran problema en el desarrollo y la maduración de los frutos, así como en la producción y extracción del aceite de oliva.

Cuando llegaron algunas precipitaciones a finales de noviembre y principios de diciembre, los agricultores comenzaron a cosechar. Sin embargo, en pocos días se pasó de un índice de madurez 2-3 a 4, con bajos rendimientos de aceite y el problema de extracción fue más frecuente.

Según Ouazzani, a partir del 20 de diciembre se comenzó a ver una mejora en el rendimiento del aceite, “como si nos retrasáramos un mes en la madurez con respecto a un año normal”. A partir de estos datos, la producción de aceite de oliva en Marruecos rondará las 120.000 toneladas.

Por su parte, el precio actual y las transacciones del aceite de oliva virgen extra en el mercado local rondan los 3,5 a 3,6 euros/kg.

Portugal

En Portugal -informa Alberto Serralha, CEO de Sociedade Agrícola Ouro Vegetal, S.A. (SAOV), productor y consultor internacional de aceite de oliva- la cosecha está prácticamente terminada y gran parte de las almazaras ya se encuentran cerradas. La producción ha superado las expectativas con largos periodos donde las almazaras no tenían capacidad para procesar toda la aceituna cosechada, originando tiempos prolongados de descarga e incluso el envío de aceituna a España.

Aún así, según indica, en este momento se espera una producción en torno a las 180.000 toneladas, aunque pocos se van a sorprender si al final se alcanzan las 200.000 t.. A su vez, afirma que no es un año de mucha calidad por las elevadas temperaturas de octubre y por los tiempos entre cosecha y molturación, más elevados de lo normal. Aunque con menos intensidad que en el año pasado, se repitieron infecciones de aceituna jabonosa, lo que ha originado un volumen considerable de vírgenes y lampantes.

En su opinión, los precios en este momento siguen un poco lo que se verifica en España, poca voluntad de comprar o vender. La producción desea precios por encima de 3,5 euros para el virgen extra y quien compra quiere estar por debajo de los 3,4 euros. Se puede estimar que mas del 50% de la producción está por vender.

Según Serralha, esta campaña se ha confirmado el “gravísimo” problema estructural del sector portugués y que es la falta de capacidad de recepción y procesamiento de orujo. A partir de finales de noviembre, muchas almazaras tuvieron que parar por completo o parcialmente sus operaciones. “Las dificultades en obtener licencias para nuevas orujeras y/o el incremento de la capacidad de las actuales dejan muchas dudas sobre el futuro del sector en Portugal”, concluye.