En concreto, en el sur del país ambas entidades prevén una reducción de la producción del 50%, con descensos en zonas importantes como Puglia (-50%, hasta 121.085 toneladas), Calabria (-53%, hasta 31.191 toneladas) y Sicilia (-52%, hasta 25.156 toneladas).
Por su parte, en el centro de Italia el descenso será ligeramente por encima del 40%, con caídas en Toscana (-35%, hasta 12.500 toneladas) y Umbría (-38%, hasta 3.584 toneladas).
En el caso de las regiones del norte, el Ismea y Unaprol han asegurado que las condiciones meteorológicas no han resultado tan desfavorables como en el sur, y ha sido más fácil controlar y protegerse de enfermedades en las zonas productivas, sin bien en Liguria se prevé un descenso de la producción del 50%, hasta 2.784 toneladas.
En su informe, Ismea y Unaprol han señalado que las almazaras han abierto con antelación en todo el país no sólo para llevar a cabo una práctica que se está convirtiendo en habitual con el fin de que el aceite conserve todas las cualidades organolépticas, sino para salvar lo que quedaba de la producción ante el temor de que otro ataque de la mosca del olivo dañará aún más las aceitunas.
Con estas previsiones, ambas entidades han subrayado que la reacción del mercado no se hizo esperar con una tendencia alcista en los precios, situándose el aceite de oliva virgen extra en una media de 5,52 euros por kilo a mediados de noviembre.
