Israel posee una larga tradición en torno al cultivo del olivo y el aceite de oliva continúa siendo un alimento popular y muy codiciado cuyo mercado está creciendo. En este nuevo artículo de AOVETENDENCIAS, el consultor Ehud Soriano aborda el resurgir del sector oleícola en este país, además de analizar sus obstáculos y retos para aprovechar su enorme potencial.
Decir tierra y aceite de oliva en Israel es prácticamente lo mismo, simbióticos. Una de las evidencias más antiguas del uso de aceitunas procede del Monte Carmelo (40.000 a.C.) y la extracción de aceite de Galilea (6.000 a.C.). Hoy, como antes, el olivo es el mayor y principal cultivo de árboles frutales de Israel.
Aunque el aceite de oliva es uno de los pilares de la Dieta Mediterránea y la gastronomía local, ha ganado una mayor popularidad fuera de los usos tradicionales en la cocina desde principios del siglo XXI hasta la actualidad. Destaca la entrada de nuevos productores al sector oleícola en Israel con modernas prácticas agrícolas, una mayor cantidad de aceitunas por hectárea cultivada, un incremento del rendimiento de aceite y sobre todo de la calidad. Así, han comenzado a surgir nuevas marcas, nuevos productos, nuevas variedades y tipos de aceite. El aceite de oliva ha dejado de ser un producto "viejo y cansado" para pasar a ser un producto más “joven y vibrante”.
El aceite de oliva ha dejado de ser un producto 'viejo y cansado' para pasar a ser un producto más 'joven y vibrante'
El oleoturismo en Israel se encuentra en una etapa incipiente, pero está adquiriendo importancia con la participación de nuevos productores de aceite de oliva virgen extra de elevada calidad y la puesta en marcha de centros turísticos para visitantes nacionales e internacionales.
A pesar del resurgir del sector oleícola en Israel en los últimos 20 años, sigue enfrentándose a muchos obstáculos. Entre ellos, Israel es un país occidental, desarrollado y caro, por lo que la producción de aceite de oliva soporta también altos costes.
Además, el cambio climático trae inviernos con menos frío y, en consecuencia, menores rendimientos.
Asimismo, los aranceles a la importación de aceite de oliva son altos, lo que impacta en los precios del aceite de oliva en los supermercados, por lo que los consumidores suelen preferir aceites de semillas con precios más bajos.
Otro obstáculo es que el subsidio en el sector de la agricultura es indirecto -aranceles para proteger la producción local o subsidio del agua- en lugar de otorgarse ayudas directas.
La producción de aceite de oliva en Israel puede y debe competir por su calidad y su diferenciación
En cuanto a las posibles soluciones, es necesario enfocarse en la calidad del aceite de oliva virgen extra y en el marketing de aceites de alta gama, en lugar de centrarse en la cantidad. La producción de aceite de oliva en Israel no puede competir con los costes de producción de los otros países mediterráneos, pero por supuesto puede y debe competir por su calidad y su diferenciación.
También hay que continuar investigando sobre variedades adaptadas a menores horas de frío y olivares de alta densidad (superintensivo); suprimir los aranceles de protección y permitir que el aceite de oliva sea accesible a todos los consumidores; y que exista una transición hacia subsidios directos a los agricultores.
Israel es un país líder en innovación agrícola y, sin duda, se encontrarán soluciones para afrontar los retos agrícolas. Los olivares se extienden desde el norte, con clima sub-alpino, hasta el desierto en el sur del país y se permite flexibilidad con las prácticas de cultivo, los tipos del variedades, el tiempo de cosecha y la diferenciación del aceite de oliva.
Es importante aprovechar ese gran potencial de los aceites israelíes y la ventaja que tenemos es que contamos con tecnología, innovación y diferenciación. Todo ello es clave para continuar con el renacer de los aceites israelíes y seguir desarrollando el sector oleícola, que es el mayor sector agrícola en Israel.
