Este tipo de sistemas está formado por una estación de control, que suele ser un ordenador, comunicado con una red de nodos que se extiende por la zona regada. La telemetría o telemedida mide una serie de variables como el agua usada o los caudales y el telecontrol permite actuar sobre ciertos parámetros a través de una válvula hidráulica.
Quince años después de la adopción de estas dos sistemas, un grupo de investigación en el que participan los investigadores del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba Emilio Camacho y Juan Antonio Rodríguez Díaz ha decidido evaluar el éxito o fracaso de este tipo de sistemas con la intención de conocer si han cumplido sus objetivos y de buscar cuáles serían las mejoras necesarias.
A pesar del aprobado general que se extrae del sondeo realizado, el estudio también también se dejan entrever problemas con el uso del telecontrol y la telemedida.
En el 15% de las comunidades encuestadas las instalaciones están en desuso y en otro 19% de ellas el sistema no es capaz de controlar más de la mitad de las válvulas hidráulicas. El abandono y la falta de mantenimiento se derivan de un problema de adaptación: si los agricultores no le ven la utilidad concreta a esta tecnología -que requiere de cierto esfuerzo en su mantenimiento debido a su corta esperanza de vida- la tecnología es desechada.
El agua residual como riego del olivar
Por otra parte, recientemente tuvo lugar en Marchena (Sevilla), en la sede del GDR Serranía Suroeste Sevillana, la primera reunión del Grupo Operativo que trabajará los próximos dos años en un proyecto que estudiará el uso de aguas salinas residuales procedentes de la industria de aderezo de aceituna de mesa para riego por goteo en olivar.
El proyecto, coordinado por el Grupo de Desarrollo Rural y la dirección técnica del mismo, le corresponde al Grupo de Investigación AGRI-127 “hidrología e hidráulica Agrícola de la Etsiam (Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agrónomica y de Montes) de la Universidad de Córdoba.
El proyecto pretende poner de manifiesto, a través de ensayos demostrativos, la idoneidad - sin riesgo para el suelo, las aguas superficiales y subterráneas y las plantas- de la aplicación de estas aguas residuales, temporalmente almacenadas en balsas, mediante pequeñas dosis con riego por goteo.